
«Hacer la peineta», «pintar un dedo», «hacer un hoyudo», «hacer la señal de pito», «enseñar el dedo vulgar», «hacer la peseta», «hacer pistola», «sacar el dedo», «mostrar el sin hueso» y lo dejo aquí porque no acabaría nunca. Que nadie se asuste, en el post de hoy solo hablaré del origen que hay detrás de este insulto y… de alguna cosita más.
Según el antropólogo británico Desmond Morris se trata de uno de los gestos de insulto más antiguos que podemos encontrar, de hecho, en su libro de divulgación científica «El mono desnudo», publicado hace casi seis décadas, estudió las características animales que hacen peculiar a la especie humana, y si observáis la imagen de arriba no me negaréis que el hombre y el mono tienen mucho en común.
Encontramos la primera descripción de este insulto en la comedia griega de Aristófanes «Las Nubes» (419 a. C.) donde hace una fuerte crítica de los sofistas y sus enseñanzas, concretamente cuando el personaje Strepsiades le enseña su dedo del medio a Sócrates, conociéndose este gesto con el nombre de Katapygon. Después, los romanos, al igual que asimilaron muchas otras cosas en sus conquistas también copiaron de los griegos este gesto, aunque lo denominaban con el nombre latinizado digitus impudicus, que no necesita traducción. Autores clásicos de la talla del historiador romano Tácito nos lo muestra cuando escribe que «los miembros de las tribus germánicas lo mostraban al avance de los soldados romanos», y Marcial, en sus «Epigramas» muestra que uno de sus personajes con buena salud muestra el susodicho dedito a tres médicos, para que no se les acerquen. De hecho, los romanos levantaban el dedo medio con el puño cerrado a modo de gesto fálico, representando al pene y los testículos.
Llegados a este punto, encontramos en una batalla de principios del siglo XV la relación de este gesto con la famosa frase «fuck you»:
En el transcurso de la guerra de los Cien Años (en realidad fueron 116), durante la batalla de Agincourt (Azincourt para los franceses), en 1415, los franceses, anticipando la victoria al verse superiores en número y fuerza sobre los ingleses, acordaron que cortarían el dedo medio de los enemigos capturados para que los arqueros nunca más pudieran volver a disparar un arco largo inglés.
El tiro con arco se conocía con el nombre inglés «pluck yew» (pellizcando el tejo), ya que el arco inglés se hacía con tejo. Caprichos del destino, la balanza de la victoria se inclinó hacia el lado inglés, que comenzaron a burlarse de los franceses mostrando el dedo medio que querían arrancarles, como diciendo que la victoria era suya y seguirían «pluck yew». Con el paso de los años, la pronunciación se simplificó y la «p» se reemplazó por «f» y «yew» por «you», es decir, «fuck you».
Por cierto, los franceses perdieron en esa batalla cinco duques, doce condes, seiscientos barones y multitud de caballeros y cortesanos, quedando completamente descabezada la estructura política, económica y militar de Francia, permitiendo la hegemonía inglesa sobre el territorio continental francés durante décadas.

Para los amantes de la fotografía me gustaría dejaros la primera imagen donde se puede ver este obsceno gesto. Corresponde al año 1886, cuando el jugador del equipo de béisbol de los Boston Beaneaters, Charles Gardner Radbourn, mostró su «dedito» seguramente para mostrárselo a sus rivales de los New York Giants. ¡Graciosillo él!
Y como empecé con la peineta de un mono, termino con otra, en esta ocasión de una tortuga australiana cuya imagen fue inmortalizada por el fotógrafo Mark Fitzpatrick, y que resultó ser la ganadora de la edición del ‘Comedy Wildlife Photography Awards’ del pasado año. Ciertamente, la Naturaleza nos envía mensajes…

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