
Si nos fijamos en la imagen podemos apreciar unos restos dorados en la superficie de la cabeza momificada. Corresponden a una aleación de oro y plata conocida como electro (en latín, electrum) y se sabe que igualmente se utilizó para recubrir el exterior de los piramidiones colocados en la cúspide de las pirámides y obeliscos, aumentando aún más si cabe su magnificencia al hacerlos brillar con el sol, pero también en objetos cotidianos como vasos y monedas, las más antiguas encontradas hasta la fecha.
Su origen
El primer relato en el que se documenta el electro lo encontramos en la expedición que el faraón Sahure envió al país de Punt en el siglo XXV a. C. donde de allí se trajeron «importantes cantidades de mirra, malaquita y electro», asimismo es citado en La Odisea de Homero (siglo VIII a. C.) y en el Libro de Ezequiel del Antiguo Testamento (siglo VI a. C.).
Cuenta la mitología griega que el rey de Frigia Midas, que gobernó entre el 740 a. C. y el 696 a. C., aproximadamente, se bañaba en el río Pactolo, en el reino de Lidia (actual Turquía), llenándose sus orillas y depósitos aluviales de este metal precioso, pudiendo encontrarse en abundancia y sirviendo de base para elaborar las primeras monedas y crear el primer sistema monetario.
No existe unanimidad entre los historiadores sobre la datación de la primera moneda, sin embargo, la mayoría apoyan la teoría de que fue el primer rey de Lidia de la Dinastía Mermnada, el monarca Giges (¿ – 644 a. C.) su impulsor, y según el profesor Andrew Meadows, de la Universidad de Oxford, fue en Asia Menor donde se inventó la práctica de usar dinero como medio monetario y el primer lugar en el mundo en utilizarlo.
Su valor nominal

Como decía al principio, el electro es una aleación de oro y plata, con trazas de cobre y otros metales, que se encuentra en la naturaleza. Su valor nominal era de un tercio de estatero, la medida griega adoptada por muchos reinos hasta la llegada del denario romano y cuyo nombre significa el equilibrio o el valor estándar, con forma de almendra y 4,75 gramos de peso. La proporción de oro y plata de la moneda de electro hacía variar su color desde un amarillo pálido al brillante y en el anverso figuraba un león, símbolo de la autoridad real. En otras monedas más pequeñas se mostraba el pie.
El electro también podía fabricarse, entonces la proporción de oro y plata se modificaba reduciéndose el contenido en oro dependiendo del lugar. Así pues, en Anatolia, la proporción de oro variaba entre el 70 y el 90 %, en Focea del 55 % y en Lidia entre el 55 y el 45 %. El inconveniente que tenía el electro natural radicaba en la imposibilidad de saber con exactitud el porcentaje de oro que tenía, influyendo negativamente en el comercio. Para ello se introdujo también en Lidia el kroisos, un estatero de oro o plata puro, en tiempos de Creso, último rey de la Dinastía Mermnada, que fueron acuñadas también por los Aqueménidas en Sardes, hasta que, en el año 515 a. C. fueron sustituidos por los daricos de Darío I, tercer rey de la dinastía aqueménida de Persia.
Links imágenes:
3 comentarios