
David y Saúl, de Ernst Josephson (1851-1906)
La circuncisión, como ya apunté en algún que otro artículo del blog, es una práctica muy anterior al pueblo judío al remontarse al Neolítico, y encontramos pruebas de su práctica en momias y jeroglíficos egipcios del 4000 a. C., probablemente los judíos cautivos en Egipto la copiaran de los egipcios y de los fenicios. Es en la Biblia donde encontramos diversas referencias a la misma y os explicaré una de lo más curiosa y que tiene el rey Saúl, primer rey de Israel, como protagonista.
Abraham fue circuncidado junto a su hijo Ismael y los hombres de su clan, en el conocido como Día del Perdón. Desde entonces, el pueblo judío realiza la circuncisión como medio de conseguir la perfección espiritual y material para poder estudiar y comprender la Torá. Sin embargo, a lo largo de la historia encontramos otros motivos para su realización: desde una identidad de grupo, por motivos higiénicos o como una forma de castigo leve para los prisioneros de guerra.
Los filisteos, enemigos de Israel

Muchos, no todos, son los estudiosos que relacionan a los filisteos nombrados en los documentos egipcios con los «pueblos del mar» (1200 a. C.). El nombre se lo dieron por tener un buen conocimiento de la navegación y atacaron Egipto especialmente durante el reinado de Ramsés III, de la dinastía XX. Tras su enfrentamiento terminaron por establecerse en la costa suroeste de Canaán (actual Palestina) provocando la desaparición de los imperios y reinos originados en el Bronce Reciente en el lugar, favoreciendo la posterior aparición de los filisteos y el reino de Israel. Tras asentarse los filisteos en la costa intentaron extenderse por el sur de Canaán entrando en conflicto con los israelitas. Son mencionados numerosas veces en la Biblia y no será hasta que David, rey de Israel, termine con los intentos de expansión de los filisteos para siempre, terminando por asimilar su cultura con la de los cananeos y hebreos. Pero volvamos al tema que nos ocupa, la circuncisión.
Saúl, David y los cien prepucios
El primer rey de Israel según la Biblia fue Saúl (siglo XI a. C.) tras ser nombrado por el juez Samuel. Con el tiempo, el profeta se indignó con Saúl al desobedecerle en varias ocasiones y por este motivo el juez ungió a David por orden de Dios para que entrar al servicio en la corte de Saúl. Todos conocemos el relato de la victoria de David sobre Goliat con su honda, esto y sus posteriores victorias contra los filisteos provocaron los celos de Saúl, celos que se convirtieron en odio y provocaron varias tentativas, todas fallidas, para eliminarlo. En el Antiguo Testamento (1 Samuel 18:25) encontramos uno de esos intentos.
Saúl prometió a David darle la mano de su hija menor, Mical, sabedor de que David no tendría nada que ofrecerle a cambio (como era costumbre entonces). Para cumplir con el pacto le requirió que a cambio le trajera el prepucio de cien soldados filisteos en su próxima contienda, en fin, algo imposible de cumplir incluso para el mismísimo David. Las fuentes bíblicas mencionan que los filisteos no practicaban la circuncisión y como ya dije antes, la circuncisión era algo muy importante para el pueblo israelita. Sorprendentemente David sobrevivió a la batalla y trajo a Saúl, no cien, sino doscientos prepucios de soldados filisteos. Saúl no pudo hacer otra cosa que cumplir son su trato, convirtiendo a David en su yerno.
Se describe a Saúl como alguien de gran valor y gran estatura. Firme y vencedor en sus enfrentamientos contra los amonitas, moabitas y filisteos, terminó por ser derrotado por estos últimos en la batalla del monte Gilboa. Para evitar ser capturado se suicidó, muriendo en esa batalla tres de sus hijos, y su trono se lo disputaron Isbaal, el único hijo que sobrevivió y su yerno, David, que terminó por sucederle como rey.
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