
¿Suicidio, muerte natural o un fortuito accidente? Lo cierto es que el fallecimiento del ingeniero alemán inventor del motor de combustión de alto rendimiento, tras caerse al mar la tormentosa noche del 29 de septiembre de 1913 mientras cruzaba a bordo del ferry SS Dresden el Canal de la Mancha, está teñida de intrigas. Esa noche tras cenar con normalidad, se dirigió a su habitación y en vez de ponerse el pijama, lo dobló cuidadosamente y lo dejó sobre la cama. Sobre las 22 h salió de su cabina y se dirigió a la cubierta del barco, se quitó el abrigo poniéndolo sobre una baranda y desapareció sin más.
Antes de embarcar entregó a su mujer un bolso con todo su dinero, unos documentos que explicaban la crisis económica por la que pasaban y una sospechosa carta en la que le solicitaba encarecidamente que no la abriera hasta una semana después de llegar a Londres. Poco después daba lugar el inicio de la Primera Guerra Mundial.
La aparición del motor
La aparición de la máquina de vapor fue trascendental en la Revolución Industrial, por fin, una máquina sustituía el uso de la energía humana y animal. En la segunda mitad del siglo XIX las industrias utilizaban el vapor para mover trenes y poner en marcha las fábricas, pero en las ciudades todavía se dependía de los caballos para desplazarse. Miles y miles de equinos cubrían sus trayectos provocando entre otras cosas que sus excrementos y orines se acumularan en el suelo. Era necesario encontrar una solución y los motores movidos por vapor o los novedosos de combustión interna, que utilizaban gas, gasolina o hasta explosivos, podían ser una solución, aunque resultaban poco eficaces al convertir solo el 10 % del calor en energía mecánica, además de ser peligrosos.
Rudolf Christian Karl Diesel se propuso en 1894 aumentar la eficiencia del motor utilizando otros componentes más económicos de refinar y con menos riesgo de explosionar al no necesitar una chispa para hacerlos funcionar. Con su invención el aire se comprime tanto que el combustible se enciende por contacto, a diferencia del motor de gasolina que comprimía la mezcla de combustible y aire prendiéndola con la bujía. Su investigación se tradujo en un aumento de la eficiencia de su motor al 25 %.

A principios del siglo XX el vapor cedió terreno a favor del petróleo y este hizo que el comercio se globalizara y creciera más rápidamente. En poco más de tres décadas, camiones, trenes y barcos abandonaron el vapor y la industria petrolera invertiría ingentes cantidades de dinero para desarrollar el motor de combustión interna.
Intereses contrarios
La investigación de Rudolf Diesel se encaminó en diseñar un motor que pudiera alimentarse con componentes distintos al petróleo, como polvo de carbón o aceites vegetales. En el año 1900 presentó en la Feria Mundial de París un motor que funcionaba con aceite de cacahuete y desde entonces se convirtió en defensor a ultranza del mismo. Su investigación y sus ideas no resultaron ser del agrado de todos, de hecho, mientras que los granjeros que cultivaban cacahuetes veían en ellas un importante empuje a sus negocios, los dueños de campos petrolíferos no estaban precisamente contentos con esta nueva visión.
En ese momento el motor diésel se utilizaba como propulsor de los submarinos franceses y Rudolf Diesel se propuso presentarlo a los ingleses, algo que, tratándose de un alemán, no fue bien visto por Alemania antes de iniciarse la Primera Gran Guerra. Fue entonces que tuvo lugar su fatídica (e inoportuna) muerte.
Algunos diarios de la época se hicieron eco de ella relacionándola con el inicio de la guerra, otros, con los intereses de las compañías petroleras:
Inventor arrojado al mar para evitar venta de patentes al gobierno británico
Tras la Primera Guerra Mundial los motores diésel comenzaron a despegar definitivamente tanto en camiones y trenes, como en los barcos. Después de la Segunda Guerra Mundial se dispusieron de motores más eficientes que permitieron construir barcos cada vez más grandes y pesados.
Rudolf Diesel murió antes de conocer el éxito que tendría su descubrimiento. Su futurista invención lo llevó a la bancarrota por no haber desarrollado a tiempo su motor. Aún resultaba ineficiente y la inversión realizada en mejorarlo y las demandas sufridas por los primeros clientes insatisfechos le endeudaron.
Su cuerpo lo encontró otro barco flotando en el mar diez días después de su desaparición y según dicen no le hicieron autopsia por encontrarse en avanzado estado de descomposición, reconociendo su identidad su hijo por la billetera y el estuche de gafas que llevaba encima y que le quitaron antes de volver ser al mar. Bien pudo haberse tratado de un asesinato motivado por intereses de la industria petrolera, sin embargo, tras revisar su diario, el 29 de septiembre de 1913 estaba marcado con una «X». ¿Asesinato, suicidio, accidente? El misterio continúa…
Para saber más:
Del aceite de cacahuete al biodiesel de última generación
Cómo funciona un motor diésel (video)
Links imágenes:
Pues sí que hay intriga en el asunto. Aprendo, aprendo.
Hola Melbag,
no deja de ser curioso que muchos de los grandes inventores de la historia no se enriquecieran de sus logros…
Saludos
Como los pintores, murieron de hambre y ahora, ¿has visto las subastas de sus obras?
Sí, ironías de la vida. No sé qué pensarían si pudieran ver cómo se revalorizaron sus obras tras su muerte.
Abrazos