
Las principales causas de ceguera crónica son las cataratas, el glaucoma, la degeneración macular y las opacidades corneales, entre otras. En la actualidad, la ceguera relacionada con la edad y la diabetes mal controlada está aumentando, mientras que las debidas a causas infecciosas disminuyen. Cuando Louis Braille tenía tres años de edad un traumatismo ocular y una posterior infección le dejó ciego, pero eso no le impidió seguir estudiando y crear un sistema de lectura para personas con discapacidad visual.
Louis Braille nació en una pequeña ciudad al este de París, el 4 de enero de 1809. Era el menor de cuatro hermanos y un día, mientras jugaba con algunas de las herramientas del taller de su padre queriendo imitarle en su trabajo, trató de hacer agujeros con un punzón en un trozo de cuero mientras se lo acercaba a los ojos. Así fue como la punta del punzón le atravesó uno de los globos oculares.
Sus padres lo llevaron al médico quien le vendó el ojo con un parche y concertó una visita al día siguiente con otro especialista de París, pero nada pudieron hacer para salvarle el ojo. Las siguientes semanas sufrió de intensos dolores y la herida se le infectó, afectando al otro ojo dos años después, probablemente por una rara complicación conocida como oftalmía simpática, consistente en una inflamación de causa autoinmune.

Sus padres intentaron criarlo de la forma más normal y fue al colegio como cualquier otro niño. La inteligencia y diligencia de Braille captó la atención de sus profesores y cuando contaba diez años de edad ganó una beca que le permitió asistir a una educación superior en una de las primeras escuelas para niños ciegos del mundo, el Real Instituto para la Juventud Ciega en París, donde además de estudiar podían aprender un oficio.

Al finalizar el plan de estudios le ofrecieron quedarse como ayudante de maestro y con veinticuatro años como maestro, trabajo que ejercería el resto de su vida enseñando historia, geometría y álgebra. Además, su innato oído musical le permitió sobresalir con el violonchelo y el órgano, tocando en iglesias de toda Francia.
La invención del sistema Braille
Debemos ser tratados como iguales, y la comunicación es la forma en que esto se puede lograr
Louis Braille
La única manera que tenían las personas ciegas para leer era recorriendo con sus dedos las letras impresas en relieve, un sistema inventado por el fundador del Instituto, Valentin Haü, un método lento y que requería gran esfuerzo.
Fue en 1821 cuando un capitán del ejército francés, Charles Barbier, mostró en la Real Institución para Jóvenes Invidentes, animado por la Real Academia de las Ciencias de Francia, un sistema de lectura táctil que posibilitaba a los soldados leer los mensajes en la oscuridad que denominó «escritura nocturna». En realidad se trataba de un complejo código de puntos y rayas sobre un grueso papel con el que los soldados podían comunicarse sin necesidad de hablar ni ver. Braille lo simplificaría para poder hacerlo más asequible a cualquier persona reduciendo los puntos en relieve para sentirlos con la yema del dedo en un solo toque, y añadiría mayúsculas y signos de puntuación. Básicamente se lee de izquierda a derecha y al ser un sistema de escritura (no de lenguaje), puede adaptarse a cualquier idioma.

Su invención no se enseñó hasta dos años después de fallecer Braille a los 43 años por una tuberculosis. A partir de ese momento se difundió primero en Francia, después en Europa y en 1916 en los Estados Unidos y el resto del mundo.
Su sistema de escritura mejoró la vida de millones de personas invidentes a lo largo de todos estos años y para honrar su invención los restos de Louis Braille descansan en la actualidad en el Panteón en París, junto a otros ilustres franceses, excepto sus manos, que se encuentran en una urna del cementerio de la iglesia que le vio nacer, Coupvray, y cada año se le recuerda el 4 de Enero celebrando el Día Mundial del Braille.
Para saber más:
El Braille: lectura, aprendizaje, alfabeto y signos
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Información basada en BBC.com
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