El tópico de la tacañería catalana

Detalle de El prestamista y su esposa, de Quentin Massys (1514) Museo del Louvre

Ni todos los españoles somos toreros, ni el fútbol es el deporte nacional; ni estamos todo el día en la playa, ni sabemos bailar flamenco. Los tópicos, tópicos son y no representan la realidad de las sociedades, y es que una mentira repetida mil veces puede llegar a convertirse en una falsa verdad.

Este es el caso de refranes catalanes como «La pela es la pela» que vendría a traducirse como «la peseta -moneda anterior al euro en España- es la peseta» y «Barcelona es bona si la bossa sona», traducido como «Barcelona es buena si hay dinero», acuñada por los comerciantes italianos, que decían que Barcelona «era bien» si conseguía vender sus mercancías. Pero no, tampoco todos los catalanes somos avaros y tacaños, a pesar de que desde hace siglos se extendió este prejuicio, ya ilustrado por el florentino Dante en el siglo XIV en su «Divina Comedia»:

Si mi hermano pudiera prever esto/ evitaría la pobreza avara de los catalanes, para no recibir ningún daño

Dante Alighieri

El origen

Hemos de situarnos en la Italia Medieval a partir del siglo XIII. Tras la política de expansión política y militar lanzada por Pedro III El Grande en el mar Mediterráneo, la «Corona de Aragón» (después de la unión del Reino de Aragón y el Condado de Barcelona) inició un período de extraordinario auge en el comercio internacional, con Barcelona como principal núcleo económico. Rivalizó con algunas de las repúblicas marítimas italianas, chocando con los intereses de la corona francesa y del propio Papa. Su dominio se extendió a Sicilia, Cerdaña y su influencia llegó al Reino de Nápoles.

Barcelona exportaba hierro y tejidos, e importaba cereales de Cerdeña y Sicilia, cuero del norte de África, y especias de Bizancio. Este desarrollo comercial de la ciudad llevó a la creación de factorías comerciales y consulados por todo el Mediterráneo protegidas y apoyadas por la «Corona de Aragón». Las hostilidades crecieron, así como el odio hacia los aragoneses, concentrado en los catalanes, que se vieron favorecidos en el comercio por los privilegios otorgados, especialmente en Sicilia.

No fue hasta el siglo XVIII que el prejuicio sobre la racanería de los catalanes iniciado en aquellos territorios se trasladara a nuestro país. Los catalanes continuaron con su actividad comercial, mientras que los castellanos se identificaban más como funcionarios y letrados. Al disponer de dinero los catalanes se hicieron prestamistas, actividad mal vista a lo largo de la historia al igual que con los judíos, y claro está que en posteriores épocas de esplendor económico el tópico se reforzó.

2 respuestas a “El tópico de la tacañería catalana”

  1. Avatar de Jose Campoy
    Jose Campoy

    El tópico se va al garete cuando se muestran los resultados de las campañas de recogida de fondos para investigación de todo tipo de enfermedades, especialmente las que anualmente se lleva a cabo anualmente con la Marató de TV3. Con esta y otras iniciativas se demuestra que tocandolnos un poquito los budells no tenemos límites. Consiguiendo incluso la participación de toda la sociedad civil, empresas, entidades y hasta la persona más anonima de Catalunya. Salutacions amic de part d»un d»aquells «nuevos catalanes» que Candel va descriure tant bé.

    1. Avatar de franciscojaviertostado

      Hola Jose,
      los tópicos, tópicos son.
      Saludos

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