En el Barrio Gótico de Barcelona al lado de la plaza del Rey encontramos el Archivo de la Corona de Aragón, una de las instituciones archivísticas más antiguas de Europa, con una actividad ininterrumpida desde su fundación en 1318. Descubramos algunos de los tesoros históricos que celosamente guarda en su interior.
La Corona de Aragón se formó en 1137 mediante la unión dinástica del Reino de Aragón y el Condado de Barcelona. Posteriormente creció con la conquista e incorporación de los reinos de Mallorca, Valencia, Sicilia, Cerdeña y Nápoles, entre otros dominios, hasta su unión con la Corona de Castilla en 1479, dando origen a la España moderna.
En 1318 el rey Jaime II fundó el Archivo Real en su palacio de Barcelona, en la Plaza del Rey, concentrando la documentación de los condes de Barcelona y reyes de Aragón hasta entonces dispersa. Mandó también que se guardaran allí en adelante todos los registros de documentos de la cancillería real.
En 1346 el rey Pedro el Ceremonioso nombró a su escribano Pere Perseia primer archivero «portador de las llaves del Archivo Real» y en 1384 aprobó las Ordenanzas para regular el funcionamiento del Archivo. La documentación custodiada en el Archivo creció también mediante adquisiciones, depósitos y confiscaciones. Gracias a la incautación de los documentos de la Orden del Temple, tras su disolución en 1312, el Archivo conserva uno de los mayores fondos sobre templarios existentes en todo el mundo. Conserva documentación de los condes de Barcelona y reyes de Aragón, además de otros fondos documentales de diversas instituciones civiles y eclesiásticas desde los siglos IX al XX.
En 1738 se cerró el Archivo Real a nuevas incorporaciones de registros y se inició su reorganización con criterios historicistas. Se adoptó entonces oficialmente el nombre de Archivo de la Corona de Aragón.
El archivero Próspero de Bofarull (1814-1849) fue clave en la consolidación definitiva del Archivo como institución cultural dedicada a la salvaguarda y difusión del patrimonio documental, poniéndola a disposición de los estudiosos y ciudadanos de todo el mundo.
El «cuarto nuevo del lugarteniente» o Palacio de los Virreyes fue construido en 1550 para su residencia oficial. Desde 1853 es la sede del Archivo de la Corona de Aragón, que cuenta además con otro moderno edificio de nueva planta en Barcelona.
Os invito a ojear algunos de los valiosísimos documentos que se conservan en el Archivo:
Siglo XII. Fragmento del “Comentario al Apocalipsis” de Beato de Liébana. Los “Beatos” son obras de caràcter religioso, ilustradas con dibujos didácticos que trataban de ayudar a la comprensión de los textos sagrados. Este fragmento fue escrito en letra carolina de principios del siglo XII. Probablemente, procede de la zona nororiental de la Península Ibérica. Se encontró sirviendo de cubierta a un pleito de la Cartuja de Montalegre de principios del siglo XVII. En 2015, fue incluido por la UNESCO junto con el resto de los manuscritos conservados, en el “Registro Memoria del Mundo”.
Detalle de un pergamino relativo a la compraventa de un campo en la ribera del Llobregat, datado en el año 889, el más antiguo de la exposición
Año 1137. Unión de Aragón y Cataluña
Siglos XII-XIII. El “Gran libro de los feudos” es un cartulario o copiador de documentos relativos a las relaciones feudales de los reyes de Aragón y condes de Barcelona en la Alta Edad Media. Según su prólogo, fue presentado al rey Alfonso el Casto o el Trovador (1162-1196) por su compilador, el deán de la catedral de Barcelona Ramón de Caldes.
Año 1173. El “Codex Calixtinus” o “Liber Sancti lacobi” es el nombre con el que se conoce una compilación en cinco libros de textos de contenidos diversos (hagiográficos, litúrgicos, homiléticos, musicales…) relativos al apóstol Santiago y a la peregrinación a Compostela, escrita en Francia hacia el año 1140. El ejemplar conservado en el Archivo procedente del monasterio de Ripoll, fue incluido por la UNESCO en el “Registro de la Memoria del Mundo” en 2017.
Segundo cuarto del siglo XV
Las cartas portulanas eran instrumentos de navegación marítima empleados durante la Edad Media. Aparecieron en el siglo XIII, cuando el renacimiento del comercio marítimo mediterráneo del siglo anterior permitió reunir abundante información geogràfica. La representación de esta información sobre un mapa realista constituye una de las grandes revoluciones culturales que han marcado la historia del mundo.
Edición de 1495
Primera edición impresa de las Constituciones, fueros, usos y privilegios de Cataluña. Grabado iluminado a mano que representa una reunión del Consejo Real, en la cual el rey, sentado en su trono entre dos escudos reales, con la espada y con el alguacil a un lado llevando su vara, preside las deliberaciones de los juristas y consejeros sentados en bancos formando un cuadro.
Liber feudorum maior
All-focus
Año 1111
Carta nupcial otorgada por Berenguer de Guadall a su esposa Gelvira firmada el 25 de enero de 1111. Ejemplar coloreado en rojo y negro, único en esta época, con una orla decorada con motivos geométricos y vegetales, y una letra capital “I” de gran módulo, a lo alto de todo el pergamino, decorada también con motivos geométricos muy remarcables.
Año 1294. Registro de gracias y privilegios del rey Jaime II. Los registros de la Cancillería real constituyen el conjunto documental más valioso conservando en el Archivo. Se inician a mediados del siglo XIII y su uso se extiende hasta principios del siglo XIX. Son más de ocho mil volúmenes (de los cuales tres mil quinientos de época medieval) que contienen varios millones de documentos relativos a todos los territorios que en algún momento de su historia formaron parte de la antigua Corona de Aragón.
Qué maravilloso comentario. Gracias por él
Hola libreoyente,
gracias a ti como siempre.
Saludos 😉