
Bluetooth es la tecnología que se utiliza para transferir datos sin cables entre dispositivos que tienen poca distancia entre ellos. A diferencia de la WiFi no es necesario insertar ninguna contraseña, lo que la hace más vulnerable en cuanto a seguridad, es más lenta y con un rango de acción más corto, sin embargo, su aparición allanó el camino para muchos de los dispositivos tecnológicos que utilizamos en la actualidad. La identificamos con el símbolo que aquí os muestro pero, ¿quién sabe de dónde proviene ese logo?
En 1996 se buscaba un nombre y se barajaron RadioWire o PAN (Personal Area Networking), finalmente se optó por otro bien distinto. La denominación surge de la mente de uno de los ingenieros del fabricante de procesadores Intel, Jim Kardach, que se inspiró en una novela histórica sobre los vikingos, The Long Ships, del escritor sueco Frans. G. Bengtsson. Concretamente pensó en el rey vikingo Harald Blåtand, hijo del rey Gorm y la reina Thyre, que se traduciría al inglés como Harald Bluetooth («diente azul» en español). El primer móvil Bluetooth comercializado fue el Ericsson T39, en 2001.
El porqué del nombre
La primera mención a Harald Blåtand la encontramos en las copias escritas en latín del siglo XII (el manuscrito original se ha perdido) que aún se conservan de la Crónica de Roskilde (Roskildekrøniken, en danés), donde se explica por primera vez la historia de Dinamarca entre los años 826 y 1157.

Blåtand era el apodo del rey danés Harald Gormsson (936-986). Era muy alto, pero a diferencia de otros vikingos no tenía el pelo rubio ni la piel clara, de ahí el apodo de Båtand (Gran hombre oscuro). La importancia de este monarca radica en que unificó los territorios daneses bajo su mandato, para después convertirse en el primer rey danés en conquistar Noruega y ayudar a la expansión del cristianismo en Escandinavia, sin imponerlo, sino facilitando que conviviera con los dioses de las creencias nórdicas.
Se piensa, solo es una suposición, que la etimología de su apodo Blåtand («Bluetooth» en inglés) en los escritos se origina por tener un diente en mal estado, puede que por comer regaliz y arándanos a los que era muy aficionado (blue-azul significaba «oscuro» en aquella época). Otros dicen que se origina por vestir muchas veces de ese color, pero al final todo son conjeturas no demostradas.

Jim Kardach pensó que al igual que el rey unificó países, Bluetooth unificaría «culturas» que hasta entonces no podían comunicarse. El logo lo construyeron utilizando las iniciales del rey representadas en runas nórdicas, así, tenemos ᚼ (haglaz) como H y por otra ᛒ (berkanan) como B.
Seguro que Harald nunca hubiera sospechado que más de mil años después de su muerte pondría su nombre a esta tecnología, bueno, de hecho, seguro que nunca hubiera pensado que pudieran existir los móviles ni los ordenadores. 😉
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