
Journal de physiologie expérimentale et pathologique, Volumen 7 Escrito por François Magendie.
Puede que tú, mujer (u hombre), tengas más de dos pezones en el cuerpo. Tranquila, nadie te acusará de haber pactado con el diablo ni de ser una bruja. Sin embargo, hubo un tiempo en el que se consideraba una «marca del maligno» y podías ser condenado a morir en la hoguera. De hecho, el curioso nombre «leche de brujas» que aún se utiliza en pediatría para describir la secreción de los pezones en los recién nacidos, era considerado como un intento de los espíritus de robar las fuentes de nutrición de la madre a los niños desatendidos.
¿Qué es la politelia?
También conocida como hipertelia, es un fenómeno biológico por el que se tienen pezones supernumerarios, sin glándula mamaria debajo. Normalmente discurren en la línea imaginaria que va desde las axilas hasta la región inguinal, siendo por lo general pequeños, confundiéndose con verrugas o simples lunares. En muy raras ocasiones pueden encontrarse alejados de dichas líneas mamarias, como es el caso que os muestro de la imagen de arriba.
No penséis que se trata de una malformación rara, de hecho, es la malformación congénita de la mama más frecuente, estimándose una frecuencia entre la población general que varía entre el 0,2 y el 6 %. Se consideran restos de las crestas mamarias embrionarias que no involucionaron, y aunque algunos estudios la han asociado a la presencia de otras malformaciones congénitas del riñón y el tracto urinario, no existe evidencia suficiente que lo sustente.
Cuando hablamos de más de dos mamas hablamos de polimastia. Estas mamas supernumerarias se localizan en las mismas zonas que las politelias, y muy excepcionalmente pueden aparecer en la cara, cuello, parte superior del brazo, hombro, glúteos, vulva, muslo y en el pie. En el caso de la litografía fechada en 1827 podemos ver a una mujer, Therese Ventre, dando de mamar a su bebé, y al mismo tiempo a su hija de un seno supernumerario en el muslo izquierdo.
Ya conocida desde la Antigüedad
El término politelia es de origen griego y significa «varios pezones» y qué mejor ejemplo que Artemisa de Éfeso, la deidad del siglo I d. C., representada con múltiples mamas accesorias.

La Artemisa de Éfeso, siglo II d.C. (Museo Arqueológico de Éfeso)
Es sabido que la madre del emperador Alejandro Severo, Julia Avita Mamea, tenía tres pechos, de ahí el sobrenombre, y al igual que en la antigua Grecia, los romanos la asociaban a la abundancia y la fertilidad, y en el caso de los hombres a un aumento de la virilidad.
Es durante la Edad Media y la Edad Moderna que se relaciona con la brujería, tanto que, los inquisidores buscaban en las acusadas de brujería la existencia de más pezones al considerar que los demonios y sus mascotas se amamantaban de ellos. La bruja, tras hacer un pacto con el diablo, recibía una marca en su cuerpo. Ya os podéis imaginar la cantidad de mujeres que fueron acusadas de brujería simplemente por tener un lunar o una marca de nacimiento, como así ocurrió en 1692 en Massachusetts durante los Juicios de Salem.
La primera descripción moderna del término la hizo un investigador de nombre Leichtenstern en 1878, en una revista alemana, pero los médicos de aquellos tiempos seguían asociándola a la capacidad de fecundar.
¿Hay que tratarla?
Ya comenté que la incidencia de la politelia de la población general, influyendo en ella la raza (más frecuente en la raza negra), el sexo o la posición geográfica, y como curiosidad decir que se conocen casos de personas que tienen hasta siete pezones.

Se considera un atavismo, es decir, un órgano vestigial como puede ser el apéndice, el coxis o las muelas del juicio, un recuerdo de la evolución sin ninguna función. Durante el desarrollo embrionario a la cuarta semana aparecen dos líneas más gruesas provenientes de la parte que se convertirá en piel (ectodermo). Estas se extenderán desde las axilas hacia el pecho y el estómago hasta llegar a la ingle, y en las semanas siguientes se transformaran en las crestas mamarias que solo se desarrollarán en el pecho, aunque en ocasiones no desaparecen del todo dando lugar entonces a la politelia o polimastia.

No ocasionan molestias ni dolores, extirpándose únicamente en los casos de pezones de gran tamaño o que causen algún tipo de complejo.
Hice referencia al principio del post a la «leche de brujas» conocida entre los médicos como «galactorrea del recién nacido», que aparece en bebés a término de ambos sexos en respuesta al aumento de estrógenos de la madre. En este caso, no se recomienda masajear o intentar extraerla por el riesgo de infección que representa esta maniobra, desapareciendo de forma espontánea a las dos semanas de vida.
Puede que ya supierais de la existencia de algún pezón de más en vuestro cuerpo, puede que tras leer el artículo os de curiosidad y encontréis alguno que pensarais que no era más que una simple verruga o un lunar. Sea como fuese, estad tranquilos, además, siempre podéis darle utilidad poniéndo un piercing, seguro que nadie lo verá como signo de brujería 🙂
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