El último alemán en rendirse en la Segunda Guerra Mundial

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Entre 50 y 70 millones de fallecidos y 100 millones de soldados movilizados son las cifras que se barajan que ocasionó la Segunda Guerra Mundial. Oficialmente la contienda empezó el 1 de septiembre de 1939, tras la invasión de Polonia y finalizó el 2 de septiembre de 1945, tras la capitulación de Japón. Esta guerra, todas las guerras, tienen un día feliz: el día que terminan, pero el mundo es muy grande (cada vez menos, por cierto) y no todo el mundo supo que la pesadilla había finalizado. De hecho, los últimos alemanes en el planeta que se rindieron a los aliados fueron el teniente alemán Wilhelm Dege y sus compañeros.

El 7 de mayo de 1945 Alemania se rinde ante los Aliados occidentales y dos días después ante los soviéticos. Durante los días siguientes los últimos focos de resistencia alemana que quedaban en Europa fueron cayendo, mientras que los submarinos tardaron meses en aparecer como el U-530 y el U-977, que se entregaron el 10 de julio y el 17 de agosto, respectivamente, en el puerto de Mar de Plata, en Argentina. Sin embargo, en septiembre aún había un destacamento alemán que no había entregado sus armas, once hombres que se encontraban en un lugar inhóspito del planeta, lejano, pero estratégico.

Operación Haudegen

Este era el nombre de una operación alemana de alto secreto que consistió en establecer estaciones meteorológicas en el archipiélago de Svalbard, en el Océano Ártico, a poco más de 1000 kilómetros del Polo Norte. Un lugar de gran importancia, ya que, su situación permitía emitir partes meteorológicos vitales para las operaciones militares en Europa, como así fue en la ofensiva alemana de la Batalla de las Ardenas entre diciembre de 1944 y enero de 1945.

Svalbard -Spitsbergen (en el círculo amarillo)

La estación permanecía activa desde el 9 de septiembre de 1944, momento en el que el submarino U-307 y el barco de suministros Carl J. Busch transportaron a la isla un destacamento de once hombres bajo las órdenes del científico alemán, el teniente Wilhelm Dege, de la artillería naval. La edad media de la expedición era tan solo de 21 años e instalaron la estación en el fiordo de Rijpfjord, en la isla de Nordostland. Desde allí transmitieron sus informes del tiempo a la base alemana de Tromsø, en el norte de Noruega.

Disponían de provisiones para dos años, y la vida en ese lugar resultaba ser muy dura por la climatología, con temperaturas que en invierno solían bajar de los -40ºC, y por los osos polares, que les obligaba ir armados.

De izquierda a derecha, el soldado Josef Reyer, el teniente Wilhelm Dege y el cabo Heint Grams en la estación de radio de emergencia del destacamento alemán, el 23 de abril de 1945 (Foto: Wilhelm Dege)

El 8 de mayo de 1945 recibieron un telegrama en el que se les informaba de la rendición de Alemania y recibieron su última orden: destruir todos los partes meteorológicos y documentación acumulada durante este último año. Al día siguiente, interceptaron previsiones meteorológicas enviadas por los soviéticos desde Odessa sin cifrar, lo que les confirmaría la veracidad de la información. Después, el contacto por radio desapareció y quedaron aislados completamente del mundo exterior, solos y abandonados.

Sin medios para regresar, los meses siguientes los dedicaron a seguir haciendo observaciones del clima y a explorar la isla, continuando su emisión a través de la frecuencia de la estación con la esperanza de que alguien les contestara. No fue hasta que enviaron mensajes de socorro en las mismas frecuencias utilizadas por los Aliados que encontraron respuesta tras ser interceptados por los noruegos.

Cuatro meses después, el 3 de septiembre, el buque noruego Blaasel, dedicado a la caza de focas, llegó al lugar. Al subir a bordo, el teniente Dege entregó su pistola al capitán en un solemne gesto de rendición, era la rendición oficial de la última unidad alemana tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Tras permanecer como prisioneros de guerra regresaron a su país encontrándolo destrozado y arrasado. El teniente Wilhelm Dege se dedicó a trabajar como profesor en la Universidad Pedagógica de Dortmund y falleció en 1979. La Estación Haudegen permanece tal como la dejaron esos once hombres, siendo utilizada en nuestros días como refugio.

La Estación Haudegen del destacamento alemán en 1985, fotografiada por el hijo del teniente Wilhelm Dege.

El 8 de mayo de 1945 se declaró como el Día de la Victoria en Europa, y hoy, como cualquier otro día del calendario, es bueno para recordar esta efeméride.

Un libro:

War North Of 80: The Last German Arctic Weather Station Of World War II , de Wilhelm Dege.

Link imágenes:

landmarkscout.com

4 comentarios

    1. Hola Alfonso,
      si uno se lo para a pensar es algo totalmente posible. El mundo es muy grande y existen lugares remotos a los que no llega la información. Si lo pensamos esto puede llegar a ser hasta una bendición…
      Saludos 😉

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