
Antes de nada decir que el origen de esta costumbre no está muy clara. Unos dicen que proviene de la antigua Grecia, otros de la Roma Antigua y otros de la Edad Media. Sea como fuere, en nuestros tiempos hay países en los que no se deja propina y otros en los que si se da pueden mirarte extrañados. No sé si tú eres de los que están a favor o en contra de dejarla, pero seguro que lo que te voy a contar te interesará, especialmente si vas a viajar fuera de tu país.
La Real Academia Española (RAE) define la «Propina» como «agasajo que se da de más sobre el precio convenido y como muestra de agradecimiento». Etimológicamente la palabra propina viene del griego pro (antes) y pino (acción de beber), y en latín propinare, ‘dar de beber’. Parece ser que los griegos acostumbraban a dejar una parte de la bebida que tomaban como propina a la persona por quién brindaban, los romanos ya la practicaban y durante la Edad Media, el señor feudal entregaba una propina ya fuera para valorar el trabajo de sus siervos o simplemente por compasión.
En la Inglaterra del siglo XVI se depositaba dinero en unas urnas para ser atendidos antes en los establecimientos y en inglés «tip» (propina) viene de «To Insure Promptness», dar propina para un servicio rápido y eficaz.
Desde entonces esta costumbre se extendió por todo el mundo, pero no en todos los países por igual. Así, en los Estados Unidos suele regularse por ley y darse entre un 15 y un 20 %; en Brasil, un 10 % y en Suecia, entre el 5 y 10 %. En Japón son casi una prohibición, ya que muchos lo consideran un insulto por relacionarla con una demostración de superioridad y en España, la propina es una norma social.
El origen en los Estados Unidos
Los americanos ricos importaron la costumbre de las propinas de Europa. Tras la guerra civil los propietarios de los restaurantes utilizaron las propinas como un medio para emplear a los negros sin tener que pagarles un salario, y pocas décadas después esta práctica se generalizó tanto que incluso era habitual pagar para trabajar en restaurantes donde el precio de los platos era elevado, así como también las propinas que se dejaban.
Sin embargo, muchos se oponían a las propinas alegando que los únicos que se beneficiaban eran los dueños de los locales al ahorrarse parte de los sueldos. En 1909 Washington y otros estados las prohibieron, derogándose pocos años después. En la actualidad la norma es dar propina del 20 % en muchos servicios, aunque no es obligatorio por ley, pero sí por la presión social para solidarizarse con los trabajadores que tienen un sueldo inferior a lo que les corresponde.
Un tema nada baladí para la economía
El gesto espontáneo del cliente agradecido, con el tiempo ha pasado a tener un motivo político-económico. El exministro de Economía Pedro Solbes dijo en una ocasión que «las propinas excesivas son un factor para el aumento de la inflación del país» y si nos paramos a pensar en ello puede que tuviera parte de razón. Además, si dejamos propinas, ¿no estaremos contribuyendo a que los salarios continúen siendo bajos?
Todo depende de la perspectiva
¿Las propinas son beneficiosas? Pues depende: para el gobierno seguro que no, al ser un dinero que no se declara; para el dueño de un establecimiento permiten que se pague menos a sus trabajadores y así poder ofrecer precios más bajos en sus productos; los clientes seguirán pagando lo mismo por el servicio si tienen que dejar propina y puede que si en un establecimiento no se acostumbra a dejar propina piensen que el servicio será peor.
No sé que piensas tú, pero antes de viajar a otro país deberías informarte acerca de la costumbre, norma o ley que tiene respecto a las propinas, eso si quieres evitar un bochorno. Y para propinas la que dejó un cliente satisfecho el año pasado a los trabajadores de The Stumble Inn, un restaurante ubicado en Londonderry, New Hampshire (Estados Unidos), nada menos que 16 000 dólares tras consumir un par de perritos calientes y unos cócteles que no superaban los 40 dólares en total. Eso sí que es estar agradecido por el servicio.

Para saber más:
Como siempre, instructivo.
Otra variante a considerar, esto según las Comunidades Autónomas , el tamaño de los cafés.
Hola libreoyente,
sí, tienes razón, dentro del mismo país pueden haber costumbres muy distintas.
Saludos
Consideró que la propina es un gesto de reconocer una buena atención, rapidez, limpieza (de las uñas, los dedos) y siempre utilizando una gran servilleta de tela colgada en el antebrazo para preparar la mesa utilizada. Sí se usa una carta para elección de lo que se va a comer y/o beber ayudar en esa selección contestando y señalando lo que se está eligiendo con claridad. Debe saber por qué lado se sirve o se retira el plato. La escasez actual de profesionales de hostelería hace que gentes sin preparación se coloquen de camareros
Hola Astolgus,
tienes razón. La profesión de camarero como siempre hemos conocido nada tiene que ver con la que vemos hoy en día. Antes, el camarero, te ofrecía un servicio, recibía un sueldo que permitía sufragar sus gastos y hasta se podía jubilar en su trabajo. Hoy, la hostelería ha crecido tanto y de forma tan desordenada que no ha podido profesionalizar a sus empleados y estamos donde estamos, faltan camareros. En un país como el nuestro que el turismo genera tantos ingresos es algo a tener presente para poder cambiar esta situación. Puede que debamos mirar atrás para mejorar el problema.
Un abrazo
Reblogueó esto en Esas pequeñas cosasy comentado:
Algo más que añadir a mis conocimientos, FJT.
Me sorprendo, al leerte, pues a pesar de mi edad veo que no sé nada.
Gracias.
Siempre sorprendido, FJT.
Un placer leerte. Mañana «chulearé» con mis nuevos conocimientos ante mis nietos
Gracias.
Hola Enrique,
¡ja, ja, ja! Y no te olvides de dejar algo de propina si les invitas a un helado 😉
Abrazos