
Hoy viajaremos mucho más atrás en el tiempo que en otras ocasiones, concretamente hasta el Paleolítico, para descubrir una curiosidad que encontramos en las pinturas rupestres. Si miráis la imagen de arriba seguro que no os pasará inadvertido que faltan dedos en las manos, algo que también ocurre en muchas otras pinturas localizadas en lugares y períodos de tiempo muy alejados entre sí. Pero, ¿cuál puede ser el motivo de ello?
Para manifestaciones artísticas antiguas la pintura rupestre, que esencialmente es un dibujo o boceto que encontramos en algunas rocas o cuevas, especialmente como expresión prehistórica, en todos los continentes, excepto en la Antártida (al menos a día de hoy). En ocasiones se encuentran en lugares recónditos de la cueva, otras, en cambio, son visibles perfectamente en lugares despejados. En el Paleolítico simbolizan líneas y animales, y en el Neolítico se representaban animales, seres humanos y su interacción con su entorno y sus deidades.
Para pintarlos usaban pigmentos como colores, incluyendo rojos, negros, amarillos y ocres. Estos pigmentos los obtenían del carbón vegetal; de compuestos minerales como la arcilla, la hematita y el óxido de manganeso; y de desechos corporales como las heces, que mezclaban con resina o grasa. Puede que os preguntéis cómo podían pintar en la oscuridad de una cueva, pues bien, se ayudaban con lámparas de piedra alimentadas con la médula ósea del interior de los huesos de los animales (tuétano), y usaban ramas quemadas u otros materiales a modo de lápices.
El misterio de las manos
Son numerosas las representaciones de manos y se conocen al menos unas cuarenta cuevas en las que se pueden ver sin alguno de los dedos. En Francia y España es donde mayor número de pinturas con manos incompletas encontramos, con una antigüedad de entre 22 000 y 27 000 años. Las realizaban lanzando pigmento sobre ellas o cubriéndolas con pintura antes de apoyarlas en las rocas, viéndose como el negativo o positivo de una fotografía.
En España están la cueva de Fuente del Trucho, en la provincia de Huesca, que presentan cincuenta dibujos de manos, de las que cinco presentan mutilaciones; y la cueva de Maltravieso, en la provincia de Cáceres, el número se eleva a setenta y uno, de las que en sesenta y uno les faltan una o más falanges. Mediante la técnica de datación del Uranio / Torio se ha demostrado que al menos alguno de los paneles de manos impresas de Maltravieso tiene una antigüedad de más de 66 000 años, así pues, se trataría de la pintura rupestre más antigua que se conoce; en Francia encontramos la Gruta de Gargas en Aventignan, donde hay 231 impresiones de manos, de las que 114 presentan también esta mutilación. En todas ellas se cree que las manos corresponden tanto a hombres, mujeres y niños.
Esto ha sido motivo de discusión entre los expertos. Los hay que opinan que no son más que un recurso artístico, otros que podría ser que las manos estuvieran íntegras y los autores doblasen los dedos al hacer las huellas, quizá para aguantar una herramienta o simplemente a modo de firma; otros, en cambio, que son pérdidas reales de falanges a consecuencia de la congelación o accidentes fortuitos; y los hay que dicen que son amputaciones deliberadas. Estudios recientes apuntan a que en realidad se trata de una práctica ritual (os dejo al final el enlace a la publicación en The Journal of Paleolithic Archaeology).
Las razones pueden ser diversas: un sacrificio voluntario para una deidad, una manera de demostrar la pertenencia a una comunidad, una expresión de luto, para buscar una curación, para indicar el estado civil, un trofeo de guerra, un castigo por una falta grave… Sea como fuere, la automutilación no es algo extraño y siempre se han practicado en muchas sociedades, incluso a día de hoy es una práctica que aún podemos encontrar en la mafia japonesa o Yakuza, que realiza el Yubitsume (acortamiento de dedos) como castigo o simplemente para demostrar lealtad, de hecho, el 45 % de sus integrantes presentan la pérdida de falanges o dedos, aunque debo decir que a día de hoy es una práctica que se realiza muy raramente.
Manos, manos y más manos
Y para cuevas con manos la que se encuentra en Sudamérica, claro, es conocida como la «Cueva de las Manos», ubicada al noroeste de la Provincia de Santa Cruz, Patagonia (Argentina). De difícil acceso, en ella encontramos pinturas rupestres de gran belleza y fechadas en el año 7350 a. C., siendo una de las expresiones artísticas más antiguas de los pueblos sudamericanos.

Para saber más:
A Cross-cultural Perspective on Upper Palaeolithic Hand Images with Missing Phalanges. McCauley, B., Maxwell, D. & Collard, M. A Cross-cultural Perspective on Upper Palaeolithic Hand Images with Missing Phalanges. J Paleo Arch 1, 314–333 (2018). https://doi.org/10.1007/s41982-018-0016-8
McCauley B, Maxwell D, Collard M (2018) A Cross-cultural Perspective on Upper Palaeolithic Hand Images with Missing Phalanges. J Paleolithic Archaeol 1(4): 314–333.
Información basada en el artículo de jralonso.es