
¿Qué es un gnomon? Quien pensara en un enano del bosque, pero a lo grande, como que va muy equivocado. Una pista, curiosa por otra parte. Fijaros en el obelisco de la Plaza de San Pedro, en Roma, o en el de la Concordia, en París, son… ¡dos gnomones gigantes!
En realidad, el gnomon (scaphium) no es más que una vara clavada verticalmente en el suelo, y el movimiento del Sol hace que su sombra se desplace, determinando la hora y el momento del año. Permite conocer la dirección del meridiano del lugar o la dirección de los puntos cardinales, y si se conoce la latitud de dicho lugar, permite evaluar la oblicuidad de la la línea curva por donde «transcurre» el Sol alrededor de la Tierra, en su «movimiento aparente» visto desde la Tierra (eclíptica).

Se piensa que fue introducido en Grecia en el siglo VI a. C. por Anaximandro, sí, aquél sabio que propuso que el Cosmos era «infinito», que diseñó un primer mapa de la Tierra y que propuso una teoría sobre la evolución del hombre a partir de las mutaciones de los peces, dos milenios antes que Darwin.
Un gnomon también es en geometría cualquier figura que, añadida a una figura original, produce una figura semejante a la original, así, un gnomon produce un incremento en el tamaño de la figura, pero no una alteración en su forma. ¿Quedó claro? 😉 Pues los matemáticos griegos lo definieron también como la figura que queda después de quitar de la esquina de un cuadrado otro cuadrado más pequeño.
Estos sabios de la Antigüedad relacionaban los números con las formas geométricas e imaginaron que los cuadrados estaban formados por gnomones sumados a la unidad y vieron que 1+3, 1+3+5, 1+3+5+7… son cuadrados y los números impares en una figura como esta se relacionaban con el gnomon geométrico. Claro está, dieron nombre a estos números, que no podía ser otro que el de gnomones. Aquí os dejo una imagen que representa un ejemplo de gnomon, usado en geometría, para resolver una ecuación cuadrática.

En el siglo III a. C. a Euclides, otro sabio griego, considerado el «padre de la geometría», tuvo la idea de ampliar esta idea de un gnomon geométrico aplicándolo a paralelogramos en general, incluyendo una figura que consta de dos paralelogramos que forman una L.
También en ese mismo siglo, el matemático, astrónomo y geógrafo griego Eratóstenes, lo utilizó para medir el tamaño de la Tierra al colocar diversos gnomones en lugares lo bastante distanciados entre sí y coordinando las medidas. Se aproximó bastante en sus cálculos y es considerado por algunos el primer intento científico en medir las dimensiones de nuestro planeta, aunque siglos después lo determinaron con más precisión estudiosos como el médico, matemático y astrónomo francés Jean François Fernel.

En el solsticio de verano, los rayos solares inciden perpendicularmente sobre Siena (Asuán). En Alejandría, más al norte, midiendo la altura de un edificio y la longitud de la sombra que proyecta, se puede determinar el ángulo formado con el plano de la eclíptica, en el que se encuentran el Sol y la ciudad de Siena, ángulo que es precisamente la diferencia de latitud entre ambas ciudades. Conocida esta, basta medir el arco de circunferencia y extrapolar el resultado a la circunferencia completa (360º).
¡Nunca un instrumento tan sencillo y simple dio tanta información!
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