
«Como Pedro por su casa»
Puede que sea una de las expresiones coloquiales más utilizadas por todos nosotros. En otras regiones y en América también se utilizan «como pez en el agua», «como perro por su casa» o «como Juan por su casa» para referirnos a alguien que entra o se comporta con demasiada confianza y familiaridad en un lugar extraño como la casa de otra persona o una oficina, sin que nos parezca bien. Pero, ¿sabíais que el origen de la expresión del título hay que buscarlo muchos siglos atrás?
Como en tantas otras expresiones existen muchas versiones en lo que al origen se refiere. Puede que en «como Pedro por su casa» la más aceptada sea la que alude a la victoria del rey Pedro I de Aragón en la batalla de Alcoraz el 15 de noviembre del año 1096.
El contexto

Los dos bandos que se enfrentaron ese día frente a los muros de Wasqa, la Huesca musulmana durante los siglos VIII y XI, conocida también como «la ciudad de la muralla de las cien torres», fueron los del Reino de Aragón y la Taifa de Saraqusta (Zaragoza), en el que sería uno de los acontecimientos más importantes de la historia del Reino de Aragón.
En sus orígenes Aragón era un condado rodeado por territorios dominados por la conquista musulmana, en un enclave donde el islam se hizo muy fuerte frente al avance cristiano. El hijo de Sancho III de Pamplona, Ramiro, es considerado como el primer rey aragoneś y fue quien le dotó de estructuras de Estado. Ramiro y su hijo Sancho Ramírez convierten a Aragón en una potencia regional que puso sitio a Wasqa, aunque sin conseguir conquistarla. Su primogénito Pedro I desde el Castillo de Montearagón asedió al ejército musulmán de Al-Musta’in II…
El enfrentamiento fue precedido de una preparación que duró décadas y que implicó la construcción de fortificaciones cercanas como las de Loarre o Montearagón. El ejército musulmán partió de Zaragoza para enfrentarse a los aragoneses. Al-Musta’in II, con el apoyo de algunos nobles castellanos y del rey cristiano Alfonso VI, quien ambicionaba hacerse con el valle del Ebro, le hicieron frente con la ventaja que le dio tener un ejército superior en número. Contra todo pronóstico la victoria cayó del lado de Pedro I, en la que sería la primera incorporación de una ciudad musulmana al Reino de Aragón.
La leyenda dice que cuando los aragoneses estaban perdiendo la batalla aparecieron dos caballeros. Ambos, vestidos con una gran cruz de gules sobre fondo blanco y montados sobre sus caballos, contraatacaron a los musulmanes insuflando coraje al resto de las tropas aragonesas. Parece ser que ese misterioso caballero era San Jorge y su acompañante un alemán que luchaba en oriente al que acababa de salvar en Antioquía.
Esta victoria hizo que se cambiara el nombre de Wasqa por la actual Huesca, convirtiéndose en la capital del reino aragonés, que se incorporó años después las ciudades de Saraqusta, Tarazona y Calatayud, entre otras.
El refrán en sus orígenes decía «entrose como Pedro en Huesca», pero fue evolucionando a la frase que hoy nosotros expresamos.
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