
Pues va a ser que no. Esto de atribuir la invención de algún avance tecnológico o científico de relevancia a alguien es muy relativo, y si no, que se lo pregunten a Thomas Alva Edison, que a pesar de ser un gran inventor, científico y empresario, también se le daba bien eso de robar ideas ajenas.
Si hablamos de la radio, Nikola Tesla y Guglielmo Marconi se disputan el reconocimiento de su invención desde finales del siglo XIX. Lo cierto es que Marconi presentó la patente en 1904 y recibió cinco años después el Premio Nobel de Física por él, pero Tesla, en 1895, ya había inventado un sistema para transmitir mensajes de voz sin hilos, así pues, Marconi utilizó el invento de Tesla para realizar la primera comunicación sin cables entre Dover (Inglaterra) y Boulougne (Francia), separadas a 48 kilómetros de distancia. La justicia hizo lo que tenía que hacer, justicia, y en 1943 la Corte Suprema de los Estados Unidos reconoció a Tesla como el inventor de la radio. Por cierto, Tesla también inventó las bobinas para generar electricidad de corriente alterna, el precedente de las bombillas actuales, aunque perdería la patente ante Edison originando una legendaria enemistad entre los dos genios.
El invento de la bombilla

Al igual que con la radio hay varias personas que se atribuyen su invención, y según a quién se lo preguntemos dirán que uno u otro. Por ejemplo, los rusos contestarán que fue Aleksandr Nikoláyevich Lodyguin, un ingeniero eléctrico a quien se le atribuye la invención de la luz incandescente, otorgándole en 1874 la patente rusa núm. 1619 para su Lámpara de Filamento Incandescente; si hacemos esa pregunta a los italianos puede que contestaran que Alessandro Cruto, quien creó una de las primeras bombillas incandescentes y tras asistir en 1882 a la Electricity Expo en Munich, presentó una bombilla mucho más eficiente que la de Edison.
Sea como fuere, la primera bombilla se inventó 71 años antes de que Edison la patentase, de hecho, muchos otros hicieron experimentos que fueron perfeccionándola. En 1809, Humphry Davy ideó lo que se considera una protobombilla: una tira fina de carbón entre los dos polos de una pila; Warren de la Rue en 1840 logra aumentar la duración de la luz (aunque a un coste excesivo) colocando un filamento de platino en el interior de un tubo de vacío; En 1875 Henry Woodward y Matthew Evans patentan la bombilla tal como era tres décadas antes; y en 1878 el físico y químico inglés Joseph Wilson Swan presenta en la reunión de la Sociedad Química de Newcastle una bombilla con una varilla de carbono muy delgada. Dos años después, su casa fue la primera del mundo iluminada con una bombilla y en 1881 las instaló en el Teatro Savoy de Westminster, el primer edificio público iluminado completamente con electricidad.

Y es ahora que aparece Thomas Edison. Siempre decía que el genio es un 1 % de inspiración y un 99 % de transpiración, para explicar que inventar exigía trabajar duro, y así hizo con la bombilla, aunque compró la patente a Woodward y Evans, y tras realizar numerosas pruebas y tener otros tantos fracasos, presentó finalmente una bombilla con un filamento de bambú carbonizado que proporcionaba unas 1200 horas de duración, permitiendo su comercialización. En la Nochevieja de 1879 iluminó con corriente eléctrica la calle principal de Menlo Park en California, con periodistas de todo el mundo que cubrieron la noticia.
No tardó en generalizarse su uso por todo el mundo hasta nuestros días. Sin duda, la bombilla fue uno de los avances más importantes de la Historia.
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