Costa noroeste del mar Muerto, enero del año 1947. Un pastor llamado Jum’a, persiguiendo una de las cabras extraviadas que pastoreaba junto con sus dos primos, Khalil y Mohammed ed-Dhib, entre las abruptas montañas rocosas de la zona, encontró una cueva que escondía un tesoro en su interior. No era oro, plata ni siquiera una simple figura de…