La vulnerabilidad del talón de Aquiles

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En un lado del campo de batalla, se encuentra Aquiles, el guerrero más valiente y temido de los griegos, consumido por la ira y sediento de venganza por la muerte de su querido amigo Patroclo. En el otro, está el noble príncipe troyano Héctor, defensor de su patria y su gente, valiente y decidido a enfrentar a su enemigo. La lucha entre estos dos titanes es descrita con una intensidad inigualable, con cada movimiento, golpe y grito de batalla resonando en las páginas de la epopeya. Este enfrentamiento es uno de los momentos más impactantes de la Ilíada, una obra maestra de la literatura clásica. Descubramos por qué Aquiles fue vulnerable en su tendón.

Aquiles fue el séptimo hijo de la nereida Tetis -una de las ninfas del Océano- y un mortal, Peleo, rey de los Mirmidones. La boda de sus padres fue un acontecimiento olímpico organizado por el propio Zeus al que acudieron dioses y humanos al monte Pelión. La educación de Aquiles fue confiada a la sabiduría y cuidado del centauro Quirón. Este lo educó y fortaleció con la médula de animales salvajes, preparándolo para su destino grandioso. La profecía divina le ofreció a Aquiles la elección entre una vida gloriosa, aunque corta, o una larga existencia en la oscuridad. Con determinación, Aquiles abrazó con pasión el camino de la gloria y el heroísmo.

Según la mitología griega, la madre de Aquiles, Tetis, intentó hacerlo invulnerable sumergiéndolo en el Estigia, el río del Hades, sosteniéndolo por el talón. Sin embargo, el talón por el que lo sostenía no recibió las virtudes mágicas del río, lo que lo convirtió en el único punto débil de este guerrero legendario.

Después de que Aquiles matara al príncipe troyano Héctor, se desencadenó una serie de eventos que llevaron a la caída final de Troya. No encontró nada que lo detuviera cuando en un nuevo ataque de furor puso en fuga a los troyanos y, cubierto de sangre, avanzó hacia las murallas, ansioso por lanzarse al asalto. Pero Apolo, enfurecido, baja del Olimpo a la llanura de Troya y engaña a Aquiles. Le ordenó detenerse con duras amenazas; pero el soberbio Aquiles replicó con desdén, desafió al dios, y siguió implacable. La intervención divina es evidente para todos menos para el propio Aquiles. Apolo guía una flecha lanzada por el príncipe troyano Paris, hijo de Príamo y rey de Troya, dirigida directamente hacia el talón de Aquiles, su único punto vulnerable. La punta de la flecha, imbuida con el poder del dios, encuentra su objetivo. Desangrándose por la herida Aquiles se desplomó, sintiendo como se cumplía su trágico destino. Quedó tendido ante las puertas de Troya.

En medio del cadáver de Aquiles se desencadenó una feroz batalla. Áyax detuvo a los enfurecidos troyanos que se precipitaban en masa, mientras Ulises luchaba valientemente a su lado para lograr retirar el cuerpo del Pelida (como se conocía a Aquiles por su padre mortal, el rey Peleo) y llevarlo al campamento aqueo. El poderoso Áyax lo llevó sobre sus hombros, mientras Ulises hacía frente a los troyanos. El dolor de los griegos por la pérdida de su mejor guerrero fue inmenso; el lamento fúnebre resonó hasta el cielo, y entre los compañeros de armas, Briseida y las cautivas lloraron por él. La diosa Tetis acudió inconsolable desde el fondo del mar para velar el cadáver de su único hijo, seguida de sus hermanas, las acuáticas Nereidas. Luego, los aqueos quemaron el cuerpo con todos los honores en una alta pira, y celebraron magníficos juegos atléticos, según el noble ritual funerario, otorgando espléndidos premios a los vencedores.

Se distribuyeron las armas de Aquiles forjadas por Hefesto: la armadura, el escudo y el casco, y aquel que las adquiriese sería reconocido como el más merecedor heredero del héroe. Finalmente, los líderes del ejército determinaron cedérselas a Ulises.

A lo largo de los siglos, este relato ha servido como metáfora de la vulnerabilidad inherente incluso en los seres más poderosos, recordándonos que todos tenemos nuestras propias debilidades. Además, desde una perspectiva médica, el tendón de Aquiles es conocido por ser particularmente propenso a lesiones, lo que añade una fascinante capa de realidad a la antigua leyenda.

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6 respuestas a “La vulnerabilidad del talón de Aquiles”

  1. Avatar de Javier Vázquez
    Javier Vázquez

    Recordemos que la «biografía» de Aquiles la han escrito numerosas personas a lo largo de muchos siglos y lo que damos por válido es una mezcla de esas historias. Por ejemplo, en ningún momento de la Iliada se menciona la invulnerabilidad de Aquiles. de hecho Homero menciona que Aquiles es herido: en el Libro XXI. Un héroe llamado Asteoropeo le arrojó dos lanzas una le alcanzó el hombro. El mito de la invulnerabilidad no aparece hasta el siglo I con el poeta Estancio que fue el que inventó lo del talón.

    Y ahora que mencionamos la Iliada. Siempre he tenido curiosidad en porqué cuando Homero narra una herida dice : «brotó sangre negra» . Ahora diríamos: sangre roja. ¿Es que no tenían una palabra para el rojo? En toda la Iliada solamente aparece la palabra «rojo» una vez y puede ser una mala traducción:

    CANTO XIX – 37 «Dicho esto, infundióle fortaleza y audacia, y echó unas gotas de ambrosía y rojo
    néctar en la nariz de Patroclo, para que el cuerpo se hiciera incorruptible»

    1. Avatar de franciscojaviertostado

      Hola Javier Vázquez,

      ¡qué interesante lo que dices! … y no sólo el color rojo, te explico.

      El erudito británico del siglo XIX, William Gladstone, al analizar la «Odisea» de Homero, hizo un descubrimiento fascinante. El poeta griego retrataba el mar como «vino oscuro», a pesar de que en realidad es azul, las ovejas como violetas, y la miel como verde. Intrigado, examinó otros escritos griegos y notó que esta discrepancia de colores se repetía en la mayoría de los autores; es más, nadie mencionaba el color azul. Este fenómeno resulta extraño, dado que el azul es, sin duda, uno de los colores predominantes en nuestro entorno.

      Esto no pasaría desapercibido para el filólogo Lazarus Geiger, quien verificaría que en todas las culturas se omitía. Ni el Corán, ni las sagas islandesas, ni las historias chinas hacían mención de ello. En su calidad de estudioso de las letras, Geiger identificó un patrón común en la aparición de los colores que se repetía en las lenguas examinadas: el negro y el blanco en primer lugar; seguidos por el rojo; el cuarto puesto lo disputaban el amarillo y el verde, y, finalmente, el azul.

      Para ofrecer una explicación a este enigma, Jules Davidoff, psicólogo de la Universidad Goldsmiths de Londres, llevó a cabo un experimento en Namibia con la tribu Himba, cuyo caso único también incluía la ausencia del reconocimiento del color azul. Estudios subsiguientes corroboraron que la percepción y discernimiento de los colores varían significativamente según el origen geográfico y el idioma hablado por las personas. Por ejemplo, los coreanos demostraron una mayor capacidad para distinguir entre tonalidades verdes y amarillos verdosos, mientras que los rusos superaron a los ingleses en la discriminación de diferentes tonos de azul.

      Se tiene conocimiento de la existencia de un vínculo biológico en la percepción de los colores, aunque aún no se conoce el mecanismo exacto debido a la complejidad de nuestro sistema de visión. La luz alcanza la retina del ojo y activa tres tipos de células fotorreceptoras, conocidas como conos, que son más o menos sensibles dependiendo del espectro del color. El cerebro es capaz de discernir las sutiles diferencias entre las longitudes de onda del espectro visible mediante cálculos sumamente sofisticados, lo que determina los colores que percibimos.

      Un saludo y encantado de que comentes en el blog.

  2. Avatar de Sabius

    Fantástica e interesante historia la de su talón, que no recibió las virtudes mágicas. Saludos.

    1. Avatar de franciscojaviertostado

      Hola Sabius,

      los mitos clásicos siguen fascinándonos a pesar del paso de los siglos. Sin duda, apasionantes.

      Saludos 😉

  3. Avatar de Javier Vazquez
    Javier Vazquez

    Es curioso que ya todos tengamos asumida la historia de la invulnerabilidad de Aquiles cuando en ningún momento de la Iliada ni en ningún poema clásico se mencione. De hecho en la Iliada Aquikes es herido por una lanza. No es hasta el poema incompleto Aquileida, escrito por Estacio en el siglo i, en que se menciona el cuento de Tetis y el talón que nos ha llegado hasta ahora.

  4. Avatar de franciscojaviertostado

    Hola Javier Vázquez,

    los mitos griegos narran historias sobre los dioses, héroes, y las fuerzas de la naturaleza. Estos mitos eran utilizados para explicar el origen del mundo, deidades, y fenómenos naturales, así como para transmitir valores culturales y morales.

    La muerte de Aquiles es un tema debatido en la mitología griega. Según la tradición más conocida, Aquiles fue alcanzado en el talón por una flecha envenenada disparada por Paris, el príncipe troyano. Otra versión sugiere que Paris lo mató con una flecha en el corazón. Independientemente de la historia específica, la muerte de Aquiles suele estar relacionada con su talón, que era su único punto vulnerable.

    Interesante aporte, no obstante, que te agradezco.

    Un saludo

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