Meteoros (y no son estrellas fugaces)

En realidad se trata de monasterios y se conocen como los Monasterios de Meteora, es decir, «Monasterios en el cielo», un nombre que los describe a la perfección por el lugar donde se encuentran, uno de esos sitios que hay que visitar para impregnarse de Historia y espiritualidad.

Tiempo después de la aparición de esos primeros eremitas orientales que decidieron vivir sus vidas totalmente aislados de la sociedad, de forma solitaria y ascética, comenzaron a surgir comunidades que con los siglos se consolidaron como órdenes religiosas, que consideraban el retiro como parte de su entrega a Dios. Puede que al que me referiré ahora no sea tan antiguo como el Monasterio de Santa Catalina, en el Monte Sinaí -por cierto, sigue en activo-, pero no me podréis negar la singularidad del mismo.

Un lugar de difícil acceso

En el norte de Grecia, concretamente en la llanura de Tesalia, muy cerca de la ciudad de Kalambaka, emerge un bosque de inmensas rocas formadas hace más de 23 000 años, con innumerables cuevas y senderos. No deja de ser curioso que no se mencionen en ninguno de los mitos ni en la literatura griega, pero bien pudieron ser protagonistas de alguno de ellos.

Los primeros que ocuparon estas cuevas excavadas en la roca y en chozas al pie de los peñascos fueron un grupo de ascetas a partir del siglo IX que quisieron aislarse del mundo viviendo en ellas, reuniéndose una vez a la semana para rezar juntos a partir del siglo XI en una iglesia central, que aún sigue en pie y se la conoce como «Santa María de la Fuente de la Vida». Pasaron tres siglos más para que llegara al lugar el prelado San Atanasio ‘Meteorito’, que fundó la primera orden monástica en Meteora.

Con el paso de los siglos, Meteora se convirtió en un lugar de gran importancia para la Iglesia Ortodoxa. Llegó a tener hasta veinticuatro centros, de los cuales solo seis se mantienen en pie en la actualidad. El más destacado es el Gran Meteoro, también conocido como monasterio de la Metamorfosis, consagrado a la Transfiguración de Jesús. Se encuentra en el punto más elevado, a 613 metros sobre el nivel del mar. Fue fundado entre 1356 y 1372. Para acceder a él, los monjes utilizaban una gran escalera que podían recoger cuando se sentían amenazados. Descendiendo, encontramos el monasterio de Varlaam, construido en 1518, donde se conserva, según se cuenta, un dedo del apóstol Juan y el omóplato del apóstol Andrés. Hasta el siglo XVIII, la única forma de suministrar alimentos a los monjes era mediante cuerdas y cestas debido a la difícil accesibilidad. Un poco más abajo se encuentra el monasterio de Roussanou, construido en 1288 sobre las ruinas de otro monasterio. Fue edificado por los venerables monjes Josafat y Máximo. Siguiendo el camino, pasamos por el monasterio de Agia Triada, que, según cuentan, requirió siete décadas para ser construido. Por último, llegamos al monasterio de Agios Stefanos, levantado en 1192 y al que se accede actualmente mediante un puente. Estos cinco monasterios, junto con el monasterio de San Nicolás, siguen en uso en la actualidad.

Testigo activo de los tiempos

Durante la ocupación otomana a partir del siglo XIV, pago sus impuestos para mantener la paz en la zona. Pero también sufrió los avatares de revueltas y guerras, como las sucedidas en 1609 y 1616, en las que los turcos atacaron los Monasterios, quemando alguno de ellos y matando a numerosos monjes.

A principios del siglo XIX, el sultán Alí Pashá secuestró al padre Ethimios Vlajavas y redujo a cenizas el monasterio de San Demetrio, encarcelando a muchos de los monjes. El sultán quiso dar ejemplo y evitar futuras rebeliones descuartizando a Vlajavas, pero eso no evitó que, tiempo después, a principios del siglo XX, se siguiera apoyando la causa griega en su enfrentamiento contra los búlgaros en las Guerras Macedónicas o durante la ocupación italiana en la Segunda Guerra Mundial, donde la resistencia griega se refugió y los nazis ocuparon, destruyendo muchos de los monasterios.

Actualmente se pueden visitar los seis monasterios que quedan en pie. Para acceder a ellos, hay que pasar primero por la población de Kalambaka y luego por el pueblo de Kastraki, desde donde se accede a los numerosos senderos que nos llevarán a los Monasterios de Meteora.

Desde el año 1988, son Patrimonio de la Humanidad y siguen siendo, a día de hoy, un lugar importante del monacato ortodoxo griego. Si os quedaron ganas de visitarlos, aquí os dejo este vídeo para ir abriendo boca…

Un video

Para saber más

Cómo visitarlos

Links imágenes

Grecia.info.es; Dido3

4 respuestas a “Meteoros (y no son estrellas fugaces)”

  1. Avatar de Rosita
    Rosita

    Muy buen articulo !!

    1. Avatar de franciscojaviertostado

      Hola Rosita,
      muchas gracias por tus amables palabras, y bienvenida a los comentarios.
      Saludos

  2. Avatar de Juan Melchor
    Juan Melchor

    Hola Como siempre, temas muy interesantes y que dan ganas de coger la maleta y salir volando, para conocer esos maravillosos sitios. Un abrazo

    1. Avatar de franciscojaviertostado

      Hola Juan Melchor,
      viajar es una de las experiencias más enriquecedoras que uno puede tener. Al recorrer nuevas ciudades, se tiene la oportunidad de sumergirse en la historia que las ha moldeado a lo largo de los años. Desde antiguas ruinas hasta majestuosos castillos, cada rincón cuenta una historia fascinante. Esta riqueza histórica ofrece una perspectiva única que nos enriquece.
      Un placer tenerte por esta sección del blog y estás invitado a comentar siempre que quieras.
      Un abrazo amigo 😉

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