Dión Casio y Plutarco ofrecen un relato detallado, aunque literario, del último día y la muerte de Cleopatra. Independientemente de si murió por la mordedura de una serpiente (lo más probable es que su suicidio fuera causado por ingerir algún tipo de veneno), los historiadores no mencionan la ubicación exacta de su mausoleo. En la actualidad, estamos más cerca que nunca de realizar uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes, gracias a los esfuerzos y la perseverancia de la Dra. Kathleen Martínez Berry, una abogada profesional y arqueóloga que lleva más de 15 años buscándola en un lugar secreto en Alejandría, el templo de Taposiris Magna.
Después de la victoria del general Marco Agripa sobre Marco Antonio en la Batalla de Accio en septiembre del año 31 a.C., el destino de la reina quedó sellado. Al año siguiente, las tropas romanas rodearon la capital egipcia. A pesar de la resistencia desesperada de Marco Antonio, este finalmente se suicidó con su propia espada, acompañado de un esclavo. Cleopatra, atrincherada con sus tesoros y sus servidores más leales en el edificio más seguro de su complejo palaciego, probablemente el mausoleo de los reyes lágidas, solo tenía una oportunidad para salvar su vida: implorar clemencia de Octaviano para ella y su hijo, Cesarión, el vástago que tuvo con Julio César. Esta propuesta era insostenible, ya que resultaba demasiado peligroso para Octaviano perdonar la vida de personas que podrían representar una amenaza en el futuro.
Viéndose en una situación desesperada, la reina se infligió una herida autoinfligida con un puñal en el pecho. Octaviano, con el deseo de exhibirla como un trofeo de su gran victoria, decidió trasladarla al palacio de Alejandría y ponerla bajo custodia, con el propósito de llevarla viva a Roma. A pesar de la renuencia de la reina a comer, Octaviano no accedió a su solicitud de una nueva audiencia. Sin embargo, más tarde ella entregó un mensaje sellado expresando su deseo de ser enterrada junto a su amado. El 12 de agosto del año 30 a.C., los soldados descubrieron que la última reina de Egipto yacía fallecida en sus aposentos, con una de sus sirvientas moribundas a sus pies, y la otra a punto de desfallecer mientras ajustaba la diadema sobre su cabeza.
Los historiadores coinciden en afirmar que Octaviano respetó los deseos de Cleopatra al permitir que fuera enterrada junto a Marco Antonio en un mausoleo encargado por la misma reina, aunque no especifican su ubicación. Sus restos siempre han sido un enigma. Es muy probable que Cleopatra hubiera sido momificada, a diferencia de su amado, que al no ser un faraón ni egipcio, no habría sido preservado como ella.
Algunos arqueólogos, incluido el renombrado Franck Goddio, sostienen la hipótesis de que los restos de la legendaria ciudad de Heracleion yace bajo las aguas de la bahía de Alejandría, en el emplazamiento previo de la isla de Antirrodos, que en su momento fue residencia de Marco Antonio. Sin embargo, los vestigios arqueológicos descubiertos en el templo dedicado a Isis, Taposiris Magna, insinúan que es allí donde debería centrarse la búsqueda. Esta teoría fue inicialmente propuesta por la Dra. Martínez Berry, quien persuadió a Zahi Hawass en 2005 sobre la imperiosa necesidad de emprender excavaciones en dicha área.
En el Alto y Bajo Egipto, se erigieron dos templos en honor a Isis. Uno de ellos se encontraba en la isla de Filé, a ocho kilómetros al sur de Asuán, mientras que el otro se ubicaba a 45 kilómetros al oeste de Alejandría, en Taposiris Magna. Durante su vida, Cleopatra personificaba a esta diosa, lo que sugiere que su elección de ser enterrada en el templo de Isis encaja perfectamente con esta representación.
El equipo liderado por la Dra. Martínez Berry descubrió una estela de piedra caliza de 105x65x18 cm en la zona. Esta estela, tallada en el noveno año del reinado del rey Ptolomeo V, es una réplica exacta de otra encontrada en la isla de Filé. Su existencia significa la importancia del templo en la adoración a Isis. Antes de este descubrimiento, un grupo de arqueólogos húngaros desenterró la cabeza de la diosa Isis en el templo, que potencialmente podría representar a Cleopatra.
Bajo el templo se encuentran numerosos túneles ocultos a los ojos de los extraños. En el exterior, se halla un cementerio con 30 tumbas pertenecientes a individuos de alta alcurnia, lo que podría sugerir la presencia de una tumba real en ese emplazamiento.
Recientemente, Z. Hawass anunció el descubrimiento, con la asistencia de un radar de penetración terrestre, de tres tumbas que podrían corresponder potencialmente a las de una reina egipcia y su amante. Además, se encontraron veintidós monedas con la efigie de Cleopatra, y un fragmento de una máscara funeraria con una nariz puntiaguda y una barbilla hendida semejante a la de Marco Antonio.
Actualmente la Dra. Martínez Berry sigue empleando todos sus esfuerzos en el estudio del templo y si acabaran confirmando todas sus teorías estaríamos ante el hallazgo arqueológico más importante de este siglo.
El tiempo, como casi siempre, lo dirá.
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