Unos tacones muy lejanos

Zapato con tacón de principios del siglo XVII. Real Armería Suecia. Livrustkammaren / CC BY-SA

Sabemos que los tiempos cambian y encontramos un ejemplo de ello en el calzado. Marilyn Monroe dijo en una ocasión: «Dale a la mujer los zapatos adecuados y conquistará el mundo», y es que la sociedad actual vincula los tacones al calzado femenino. Incluso unos tacones altos se ven como accesorios eróticos, pero, ¿sabías que los primeros en llevarlos fueron hombres para reforzar su masculinidad?

Lo de «muy lejanos» hace referencia a la película española de 1991, dirigida por Pedro Almodóvar, pero también a una realidad. Algunos sitúan el origen del uso de tacones en el calzado en los tiempos de los hititas; otros, en el antiguo Egipto; y los hay también que dicen que en la antigua Grecia, durante las representaciones teatrales de los hombres, eran conocidos como kothorni. Estos tenían una suela de corcho y madera y medían entre 8 y 10 centímetros.

Kothorni. Imagen de Pinterest

Ya fuese en una época u otra, a finales del siglo XVI su uso se popularizó, concretamente por las tropas del Sah de Persia Abbás el Grande, al permitirles sujetar el pie al estribo mientras tenían que disparar sus flechas montados a caballo.

La efectividad de estas tropas en el campo de batalla era impresionante. Su habilidad para mantenerse firmes y precisos mientras galopaban a toda velocidad era un verdadero espectáculo que dejaba atónitos a sus enemigos y llenos de admiración a sus aliados. Pronto, otros ejércitos se dieron cuenta de esta ventaja y comenzaron a imitar la técnica de los persas con la esperanza de alcanzar el mismo nivel de destreza.

Así, el uso de estribos se extendió por todo el mundo, convirtiéndose en una práctica común en la equitación y la guerra a caballo. Ya no era sólo una cuestión de comodidad, sino de supervivencia en el campo de batalla. Los estribos se convirtieron en una herramienta indispensable para cualquier jinete que deseara dominar el arte de la guerra montado a caballo.

Catalina de Medici usó zapatos con tacones en su enlace matrimonial con el rey de Francia, Enrique II, convirtiendo su uso en una moda para aquellos que podían permitírselos. Pero si alguien ayudó a difundirlos por el continente, fue el rey Luis XIV de Francia «el Rey Sol», a mediados del siglo XVII, gracias a los diseños de Nicolás Lestage, el maestro zapatero real.

En 1660 se celebró la boda de Luis XIV con la infanta María Teresa de Austria en la localidad francesa de San Juan de Luz. En su camino hacia isla de los Faisanes, donde tendría lugar el encuentro de los dos séquitos, el joven rey paró en Burdeos. Allí, un conocido zapatero de la ciudad llamado Nicolás Lestage le obsequió con un par de zapatos realizados en seda color miel, decorados con lirios y forrados de tafetán. Luis XIV quedó fascinado más por los zapatos que por su futura mujer.

Con sus 1,63 metros de altura, el monarca no destacaba precisamente en el reino de los gigantes, ¡pero eso no lo detuvo! Decidió que era hora de ascender a nuevas alturas y optó por unos tacones ma-ra-vi-llo-sos que le añadían unos valiosos diez centímetros extra. ¡Sí señor, el rey con sus zapatos de Rey! Tan obsesionado estaba con parecer más alto, que decretó que ¡nadie más, excepto la nobleza, pudiera llevar tacones! Y, por supuesto, ¡ninguno debía superar la altura de los suyos! 😄👑

Imagen de Pinterest

Con la llegada de la Revolución Francesa, se detuvo el éxito de los tacones, sólo por un breve período de tiempo, para resurgir después con más fuerza, incluso entre las mujeres. Con la llegada a mediados del siglo XVIII del movimiento cultural e intelectual conocido como la Ilustración, los hombres comenzaron a dejar los tacones para poder caminar más cómodos, convirtiéndose en una prenda exclusivamente femenina en el siglo XIX.

El diseñador italiano Salvatore Ferragamo fue quien los volvió a convertir en una moda. Diseñó tacones tan finos que se dieron a conocer por todo el mundo, especialmente tras el estreno de la película «Los diez mandamientos» en la que se le encargó el diseño y la producción del calzado de todos los actores.

A más altos, más problemas

Si hablamos desde el punto de vista de la salud, el zapato nació para proteger el pie. En un zapato plano, se reparte el peso de nuestro cuerpo de manera igual entre la zona delantera y el talón del pie. Sin embargo, con tacones altos, sobrecargamos los dedos. Esta es la razón principal por la que el uso prolongado de calzado con tacones altos puede provocar diversas patologías.

Juanetes

En realidad, no son producidos por el uso de tacones altos, sino que es algo más genético. Sin embargo, el uso habitual de tacones altos con punta puede empeorarlos.

Callos

Aparecen normalmente debido a la presión continua sobre la piel, lo cual es más frecuente cuando se tienen dedos en martillo u otras deformidades en los pies.

Dedos en martillo

Se produce cuando el segundo, tercer, cuarto o quinto dedo del pie se doblan como garras.

Deformidad de Haglund

Algo muy frecuente cuando se abusa del uso de tacones altos es que afecta la parte posterior del talón. Esto se traduce en un dolor provocado por la irritación de una deformidad de los huesos que algunas mujeres tienen en esa zona, lo cual puede producir ampollas o tendinitis de Aquiles.

Neuromas

Los dedos son fuerzan a encajarse para caber en la zona de la punta, lo que puede comprimir e hinchar los nervios del pie, especialmente entre el tercer y cuarto dedo, lo cual se traduce en un dolor intenso al caminar.

Esguinces de tobillo

Provocadas por las caídas debido a la inestabilidad en la marcha.

Dolor de espalda

Por si todo esto fuera poco, el uso continuo de zapatos con tacón alto provoca que se modifique la alineación natural de los tobillos, las rodillas, la cadera y la parte baja de la espalda, ocasionando con el tiempo dolores de espalda.

Es importante recordar que cada persona tiene diferentes necesidades y preferencias cuando se trata de calzado. Es fundamental encontrar un equilibrio entre el estilo y la comodidad. Optar por zapatos adecuados para cada ocasión y realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de los pies puede ser beneficioso para mantener la salud y prevenir posibles problemas relacionados con el uso de ciertos tipos de calzado.

Hay que escuchar a nuestro cuerpo cuando se usan tacones altos con asiduidad y reconocer el dolor como una señal de aviso para buscar un podólogo que nos aconseje y trate antes de que se produzcan lesiones más graves.

Así pues, comprobamos que el uso de tacones en el calzado comenzó siendo un complemento práctico, pasó a simbolizar el poder convirtiéndose en un símbolo de estatus social, para terminar siendo un artículo de belleza e incluso erótico. En la actualidad, el movimiento feminista es contrario a los tacones, las modas y las indumentarias sensuales en las mujeres. Sin embargo, la escritora Summer Brennan acertó cuando dijo: «Lo que confina, empobrece, explota, esclaviza, oprime, enferma, hace sangrar, viola y mata a las mujeres no son la ropa o los zapatos, sino las leyes y las convenciones sociales».

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