Encontramos en el recuerdo popular algunos episodios de la Historia que de manera justa o injusta permanecen durante siglos, y en el caso que nos ocupa hablaré de una leyenda negra. Para asustar a los niños aún los hay que mencionan al Duque de Alba en Holanda, mientras que en los países balcánicos se les dice que vendrá un guerrero sediento de sangre, el «Katalán».

El contexto

A comienzos del siglo XIV el emperador bizantino Andrónico II Paleólogo viendo la expansión de los turcos otomanos en Anatolia, contrató a unos mercenarios liderados por el (probable) italiano Roger de Flor, era conocida como la Gran Compañía de Almogávares. Actuaban como tropas de choque y guerrilla, presentes en todos los reinos cristianos de la península ibérica a lo largo de la Reconquista, con origen en la Corona de Aragón. Reunió un ejército formado por mil quinientos caballeros catalanes y cuatro mil almogávares aragoneses, valencianos y algún que otro castellano, un número mucho mayor del solicitado por el emperador, quinientos hombres a caballo y mil peones. Lo cierto es que eran soldados muy feroces y temidos que empleaban armas ligeras y combatían a pie, y en la frontera con los otomanos formaban cuadrillas para realizar incursiones y robar ganado o hacer prisioneros para venderlos como esclavos.

… y vino el horror

A pesar de lo eficaces que fueron en su misión, el nuevo emperador, Miguel IX Paleólogo, los vio más como un problema por su indisciplina y por la violencia que ejercían en sus actos. Pensó que lo mejor sería eliminarlos junto a su jefe y para ello contrató a unos mercenarios alanos.

El 5 de abril de 1305, durante un banquete junto con más de un centenar de jefes almogávares en Adrianópolis, asesinaron a Roger de Flor y atacaron a las tropas almogávares.

Pero no salió como lo tenía previsto y los almogávares contraatacaron ferozmente arrasando todo a su paso en Tracia y Macedonia. En realidad, no asaltaron grandes ciudades protegidas por murallas, sino que se dedicaron a saquear ciudades pequeñas y aldeas. Este acto fue conocido como Venganza catalana y aún es recordado en muchos lugares:

• En Bulgaria, «catalán» es sinónimo de «hombre malvado y sin alma».
• En Tesalia, hasta finales del siglo XX, se decía «¡eres un catalán!», cuando se quería insultar a alguien.
• En Albania, la palabra «katalan» significa monstruo y cuando uno quería maldecir a otra persona, decía «así te alcance la venganza de los catalanes».
• En la región de Paranso es conocido un refrán que dice «voy a huir de los turcos para caer en manos de los catalanes».

Puede que, como en tantos otros episodios de la Historia, sea injusta esta denominación, pues ni todos los almogávares eran catalanes, ni todos actuaron de forma tan cruel, sino que más bien fue un grupo de ellos.

Los monjes del Monte Athos

El Monte Sagrado está situado en una península rocosa a orillas del mar Egeo y es un centro espiritual de la iglesia ortodoxa griega creado en el siglo XI y frecuentemente visitado por Vladimir Putin antes de iniciar su guerra contra Ucrania. Sin embargo, en este monasterio prohíben la entrada a las mujeres y a los…. ¡catalanes!

Como podéis imaginar el motivo de prohibir la entrada a los catalanes se origina en el hecho de que aún persiste en el recuerdo esa Venganza catalana ocurrida siete siglos atrás. Para enmendarlo, en el año 2005 el Govern de la Generalitat de Catalunya «donó» 240 000 euros para restaurar el monasterio a cambio de que se permitiera la entrada a los catalanes a su interior. Pero eso es otra historia…