Por el bien de mi salud, más vale que me mantenga ocupado. Mi carácter activo no me dejaría vivir tranquilo. No me importa tener muchos quebraderos de cabeza. Siempre digo que cuando se tienen muchos, uno distrae del otro, y así puedo dormir tranquilo. Es mucho peor tener uno solo y sufrir la obsesión. Recuerde: no hay nada tan incurable como tener una única preocupación, que se convierte fácilmente en monomanía.
Esta anécdota explicada en la sabiduría de la vejez, el Dr. Salvador Andreu y Grau muestra en parte su carácter, una persona activa, polifacética, amante de su trabajo y de los negocios.
Más conocido como el Dr. Andreu, no era médico, sino farmacéutico, pero el prestigio que adquirió haría que el título de “Doctor” no le abandonara nunca sobrepasándole tras su muerte en 1928, siendo recordado por muchos por sus famosas pastillas contra la tos.
Nació en Barcelona, en 1841, cursando inicialmente los estudios en la Facultad de Medicina aunque decidiría cambiar de carrera, cursando y licenciándose en Farmacia en 1865, doctorándose cuatro años después. En 1866 abriría su primera farmacia en la Bajada de la Cárcel de Barcelona, instalando el laboratorio en la plaza del Rey y trasladándose unos años después a la Rambla de Cataluña.
Gran aficionado a la música, mantuvo amistad con el compositor Enrique Granados, y como excursionista aficionado, dedicaba sus días libres a explorar los senderos de la montaña del Tibidabo de Barcelona, donde se hizo construir una casa.
El éxito profesional se basó en la gran calidad de sus productos y en saber publicitarlos, favoreciendo al desarrollo futuro de la industria farmacéutica.
Su producto estrella, las Pastillas del Dr. Andreu contra la tos, aún se pueden encontrar en las farmacias (con ligeras modificaciones en su composición inicial), basándose su éxito en el hecho de que debían chuparse poco a poco (distrayendo al paciente y calmando la tos) y al derivado opiáceo que llevaba, que demostraría con el tiempo su efecto antitusígeno. Indicada en todo tipo de toses facilitaba incluso la expectoración. Y entre sus logros comerciales destacan la Pasta pectoral, los Papeles Azoados antiasmáticos y los Cigarrillos Balsámicos.
En 1882 abre una farmacia en el centro de Barcelona e inicia la construcción de un Laboratorio Farmacéutico en la calle Aragón mientras comienza su expansión internacional. Sus medicamentos se exportan a Italia y a numerosos países de Sudamérica, donde se llegaron a establecer fábricas para su producción in situ, y con el tiempo, comercializándose en 44 países de todo el mundo.
En 1936 sintetiza la Sulfanilamida (con el nombre Azol en España) y un año después la sulfapiridina (Piridazol), entre otras sustancias. Pasarían los años logrando la empresa mantenerse en primera línea y en 1959 crea por primera vez la asociación de vitaminas B1, B6 y B12 (Betriple). No será hasta 1976 que entra en crisis siendo adquirida en 1978 por Hoffman La Roche hasta nuestros días.
Avenida del Tibidabo a principios del siglo XX. Haz clic en la foto para ampliarla. Foto del Arxiu històric de la ciutat
Pero si el Dr. Andreu es recordado por sus famosas pastillas contra la tos, no lo es menos por lo que representó para la urbanización de la ciudad de Barcelona. En un momento en que la ciudad derribaba las murallas para ensancharse (plan Cerdà), los beneficios económicos que obtuvo los invertiría para comprar terrenos a la izquierda del Ensanche, adquiriendo propiedades en los barrios de Gracia y San Gervasio. De esta forma contribuyó a la urbanización de la ciudad, siendo también, el principal promotor del acceso a la cima de la montaña del Tibidabo con la construcción del Tramvia Blau y el Funicular, que aún funcionan.
Nombrado Presidente de Honor de todos los colegios oficiales farmacéuticos de España, publicó en 1923 el libro “La Farmacia en casa”, cuya reedición recomiendo desde aquí a todos.
Por cierto, aquí os dejo una receta que puede ser útil a muchos. Es de otro ilustre médico del siglo XIX, el profesor Letamendi, una receta que os ayudará a vivir 100 años. Un hombre sabio, sin duda.
Qué hombre más grande!!.. De esas personas que me habría encantado conocer :-).. Y su pasta pectoral para la tos sería la precursora del famoso Vick VapoRub de toda la vida, digo yo? jejejeee… Su recomendación de vida saludable es la que sigo yo desde hace años 😀 .. Abrazos de luz, Fco. Javier
Hola Mamen,
pienso que fue un visionario en muchos aspectos. En cuanto a sus productos farmacéuticos supo promocionar como nadie unos productos que eran realmente eficaces, y en lo que se refiere a la expansión de la ciudad de Barcelona no hay duda de que fue el primero en apostar de verdad por ese proyecto urbanístico que tanto disfrutamos hoy en día.
Abrazos de luz y ya sabes, si toses, toma una pastilla del Dr. Andreu.
No hace demasiado tiempo vi un reportaje sobre su hija. Ella grababa con una cámara su vida diaria junto a su padre y más tarde cuando este falleció. Esta película reportaje la reproducían en la Filmoteca de Catalunya. Un gran artículo!
Hola Francisco,
la verdad es que no conocía al Dr. Andreu, pero qué hombre tan grande! Me encanta la gente que va más allá de sus obligaciones, especialmente cuando sus logros ayudan al prójimo a vivir mejor. Definitivamente Don Salvador se merecía este gran homenaje que le has hecho. Voy a pasárselo a todos mis amigos.
Por cierto, yo tuve un abuelo farmacéutico, y en el pueblo, hasta hace no mucho, la casa donde estaba la farmacia aún existía. Ahora mis primas han construido una casa rural, que se llama «La Farmacia».
Gran artículo Francisco, muchas gracias y enhorabuena.
Hola Jesús,
nuestros abuelos le recuerdan con gran cariño, nuestros padres simplemente le recuerdan, y puede que el paso del tiempo hace que las generaciones más jóvenes no sepan de él, pero es justo recuperarle del olvido.
Un abrazo y buenas fiestas.
Hola Juan Ignacio,
merecía su espacio en el blog. Hacía tiempo que quería hablar de él y por casualidad llegó a mis manos su libro «la Farmacia en casa» que tras leer alguno de sus capítulos me enganchó a pesar de tener casi cien años.
Un abrazo
Sin duda fue un gran hombre, y un gran benefactor. De eso no cabe duda.
Pero tuvo una característica muy poco común entre nuestros compatriotas: comprendió la gran importancia de la publicidad y del marketing, antes incluso de que se inventase el barbarismo inglés.
Yo no le conocí por su gran obra, sino porque como trabajador de una agencia de publicidad durante muchos años, la primera campaña de las «Pastillas del Dr. Andreu», son todavía un clásico en la Historia de la Publicidad. Y por supuesto sus polvos de Azol, con los que mi madre me curó de niño tantas heridas y raspaduras propias de la edad.
Magnífico tu artículo como siempre, Francisco Javier, Gracias y felices Pascuas.
Hola Luis,
pudiste comprobar de primera mano la eficacia de sus productos. Yo me quedé solo con sus pastillas para la tos, en ocasiones más efectivas que alguno de los antitusígenos más modernos. Aunque algunos anuncios pueden sorprendernos en la actualidad…
franciscojaviertostado: qué ameno e interesante artículo de un ser inquieto por los demás y, además un gran humanista: quiso a su Barcelona y también le dedicó parte de su esfuerzo: gracias y recibe un cordial saludo.
Hola Alejandro,
puede que quienes le conocen sea por sus tratamientos y pastillas, no tanto por su impulso a la urbanización de la ciudad, algo de lo que se han beneficiado -y seguimos haciéndolo- los barceloneses.
Saludos
Buenísimo, aunque acá no tenemos estas pastillas. Me llama la atención lo de los cigarrillos para asmáticos. Funcionaban? Son recomendables? Interesante el anuncio. Me encantó la prescripción para vivir 100 años. Gracias por compartir. Un abrazo.
Hola melbag,
puede que lo de los cigarrillos no sea de lo más recomendable en la actualidad, no porque no funcionaran sino porque ver a la gente fumando (terapéuticamente) podría considerarse una manera de promover el hábito tabáquico.
Abrazos y ya sabes, pon en práctica la receta del prof. Letamendi 😉
Si quieren saber más sobre el Dr. Andrés, encuentren la tesis doctorall de uno de sus nietos. Les aclarará muchas de las facetas de la vida y obra de este insigne hombre. Empecé a trabajar en la empresa el 9 de septiembre del 58.
[…] en el tema, dirigirse al estupendo post dedicado al Doctor Andreu en el blog “Historia, medicina, y otras artes…” de Francisco Javier Tostado, uno de los […]
Hola, necesito la fórmula de los papeles azoados. Los últimos los compré para mi padre a mediados de 1977. Los había inhalado casi toda su vida. Entonces un equipo de alergología le detectó unas alergias muy comunes y en poco tiempo, con sus vacunas, no necesitó nunca jamás ese remedio que solo iba a paliar los síntomas, ni las vacunas, claro.
Muchas gracias.
Muchas gracias ¡Todo alcaloides! Estaba buscando si tenía cannabis porque en alguna foto lo vi. Preguntaré al laboratorio por si saben y quieren darme las distintas fórmulas que haya tenido. En aquellos tiempos no me fijé en la fórmula de ninguna caja. Muchos medicamentos han sido obligados a cambiar su ingredientes y sus excipientes por razones como esas.
Cuando ya no los usaba encontré en un libro cómo colocarse con medio litro de vino y un cigarrillo. Menos mal que no bebíamos.
Seguiré buscando para decirle a mi médico qué pude inhalar en la infancia.
[…] por Birlibirloca el marzo 20, 2020junio 15, 2020 Los cigarrillos balsámicos del Doctor Andreu estaban compuestos nada menos que de Datura Estramonio y los papeles azoados, que el enfermo […]
[…] médicos lo aconsejaron y surgieron distintos tipos de cigarrillos como el que aquí os muestro del Dr. Andreu, quien indicaba que no tenía efectos secundarios, ni contraindicación […]
Deja una respuesta