El origen de la palabra «cabreo» (y no es para enfadarse)

Plantadores de Patatas, Jean-François Millet (1861) Museum of Fine Arts Boston

Sí, es cierto, en este cuadro no se ve ningún indicio de enfado, enojo, disgusto, mosqueo o cabreo. Pero nada más lejos de la realidad: el cabreo está muy presente en ellos.

Y es que además del significado que todos conocemos de la palabra cabreo, en realidad, proviene de la Edad Media por el «cabreo» o «cabrevación», que era el acto jurídico de censar los terrenos o fincas que estaban sujetos al pago de cargas reales o nobiliarias (conocidas como laudemios) que habían dejado de cobrarse por olvido o negligencia, pero que no habían prescrito. Proveniente del latín capibrevium (recuperar rápidamente) pasó a utilizarse tanto para referirse a dichos censos como a la propia exigencia de los pagos.

Se tiene constancia de él ya en tiempos del rey Alfonso XI de Castilla durante la primera mitad del siglo XIV, cuando ordenó realizar una recopilación de los privilegios y prerrogativas de la monarquía de Castilla, ampliando con el paso del tiempo su referencia al inventario de los bienes de las clases eclesiásticas y nobiliarias.

Del cabreo «documental» al cabreo «monumental»

Tras la llegada de José Bonaparte a España a principios del siglo XIX y la promulgación de la Constitución de Cádiz en 1812 se decidió acabar con los abusivos pagos de impuestos a los señores feudales propietarios de las tierras. Dos años después el regreso del rey Fernando VII de España, llamado «el Deseado», considerado por sus súbditos como vengativo y sin escrúpulos, firmó el decreto de supresión de la Constitución de Cádiz y restauró el absolutismo hasta 1820, y los señores feudales comenzaron a reclamar a los campesinos los impuestos no pagados desde 1812. Tras el pronunciamiento militar de 1820 se inició el Trienio Liberal durante el cual se restableció la Constitución de Cádiz, y tres años después comenzaría nuevamente el reinado de Fernando VII.

Es en el período comprendido entre 1823 y 1833 que los nobles reaccionaron con los tribunales y muchas veces los recaudadores de tributos se hacían acompañar por el ejército usando la fuerza para que los campesinos cumplieran con los cabreos aplicados a las tierras que trabajaban, reviviendo viejos derechos ya en desuso. La mayoría de las sentencias sobre estas causas dictadas a partir de junio 1834 fueron desfavorables a los campesinos, aunque al menos desestimaron su expulsión de las tierras. Está claro que su monumental enfado hizo que popularmente pasara a conocerse como «cabreo».

Seguro que también reconoceréis la expresión «tener mala uva» que utilizamos para referirnos a alguien que tiene un carácter agresivo y malhumorado. Y es que antes la bebida alcohólica por excelencia que se utilizaba para emborracharse era el vino, que, como sabemos todos, se elabora con la uva fermentada. Por supuesto, la «mala uva» no se refiere a la fruta de mala calidad, sino a los «malos borrachos» que se volvían violentos.

Y para terminar, una pregunta: ¿pensáis que en la Edad Media se trabajaba más horas al día que en la actualidad? Pues para deprimirnos un poquito más debo decir que en el Medievo un día de trabajo normal era la media jornada de nuestros días. Y es que en los tiempos que más horas trabajaban entonces, que era durante la cosecha, trabajaban ocho horas diarias (como mucho doce), eso sí, eran pocos días al año. Si hacemos un cálculo aproximado los campesinos medievales trabajaban menos de la mitad de los días del año. Entonces, la reivindicación de la jornada de ocho horas tras las condiciones laborales abusivas de la revolución industrial, más que un avance fue una lucha por recuperar lo que ya teníamos.

2 respuestas a “El origen de la palabra «cabreo» (y no es para enfadarse)”

  1. Avatar de melbag123

    Pues ya estoy cabreada. Saludos Francisco Javier. FELIZ 2022.

    1. Avatar de franciscojaviertostado

      Hola Melbag,
      desgraciadamente todos tenemos muchos motivos para estar «cabreado» tal como va el mundo. ¡ja, ja, ja! Esperemos que este año sea mejor que el anterior.
      Un besote

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