El título del artículo le definiría pero lo cierto es que fue uno de los más grandes humanistas y la Historia de la medicina le debe mucho pues hasta entonces había sido una rama secundaria, pero con él adquirió una profunda rigurosidad que pocos (o casi nadie) ha superado hasta la fecha. Sus libros La Medicina hipocrática, Medicina e historia, sus monografías médicas y su visión de la relación médico-paciente le convierten en un Hipócrates contemporáneo, y no podía ser menos merecedor de un artículo en este humilde blog de Historia y medicina.
Médico, historiador, ensayista y filósofo, nació en la provincia de Teruel en 1908 y durante sus 93 años de larga y productiva existencia, llegó a ocupar cargos tan importantes como el de Procurador en Cortes, Director y Académico de la Real Academia Española, Académico de la Real Academia de Historia y la cátedra de Historia de la Medicina en la Universidad Complutense de Madrid de la que fue rector y Doctor Honoris Causa por diversas universidades internacionales y… paro aquí, pues podríamos seguir. Sin duda fue uno de los grandes intelectuales españoles del siglo XX.
De cultura enciclopédica y memoria extraordinaria, cultivó fundamentalmente la historia y la antropología médicas, siendo galardonado con múltiples premios y reconocimientos entre el que destaca el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 1989.
Sus estudios antropológicos están influenciados por sus creencias cristianas, y su extensa y variada obra por el pensamiento de Ortega y Gasset y Zubiri. Benévolo, pacífico y bondadoso, es el reconciliador por excelencia. Tras la guerra civil española tomó la actitud de tender puentes y reconstruir la convivencia entre españoles. Su continua preocupación de la realidad española le llevó al campo de la filosofía (más bien como pensador) pero siempre con ese análisis científico y empírico de la persona humana. Su interés por la historia no fue motivado solo por su avidez de erudición sino por ser un medio de comprensión de los acontecimientos humanos y sociales.
No enumeraré (me faltaría tiempo y espacio) todas sus obras pero destacaría las siguientes relacionadas con temas médicos: Medicina e historia (1941), Grandes médicos (1961), Marañón y el enfermo (1962), Nuestro Cajal (1967), El médico y el enfermo (1969), La medicina actual (1973) e Historia de la medicina (1978).
Y permitidme acabar con unas palabras suyas que dicen mucho de uno de sus mensajes humanísticos perfectamente aplicables a nuestros tiempos:
«Léanlo y dialoguen, por favor».
Para saber más:
Un libro:
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