¿Calzada romana? La solución se encuentra en las suelas

Impresión del tachonado de unas caligae de un legionario de la Legio X Gemina sobre un ladrillo procedente del campamento de esta legión en Noviomagus Batavorum (Nimega, Países Bajos).

Una de las magníficas construcciones que aún podemos contemplar de la antigua Roma son las extensas calzadas. En el siglo II d.C., se dispuso de una red viaria de 400 000 kilómetros que conectaba todos los rincones de su territorio; en la ciudad de Roma, por ejemplo, convergían alrededor de 30 vías desde diversos puntos de Italia. El dicho popular «Todos los caminos conducen a Roma» demuestra su veracidad de manera elocuente.

La Ley de las Doce Tablas fijó el ancho mínimo de las vías en 2,37 metros en el año 450 a. C. Posteriormente, con el segundo triunvirato del año 43 a. C., se impuso a los senadores la responsabilidad de costear su mantenimiento. En aquellos tiempos, al igual que en la actualidad, existían supervisores encargados de velar por el adecuado estado de las vías. Desde tiempos antiguos, se llevaba a cabo un concurso público para la construcción de estas vías, el cual era gestionado por empresas privadas que empleaban tanto esclavos y delincuentes, como trabajadores libres. En ocasiones, cuando las legiones no estaban en guerra, los soldados eran empleados en la construcción de las vías, un trabajo que no era de su agrado debido a su gran dureza.

No todas las calzadas romanas tenían las mismas características. Aquellas que conducían a las ciudades estaban pavimentadas con piedras grandes, mientras que las demás estaban cubiertas de piedra pequeña y grava. Se estimaba que durante una jornada de viaje se podían recorrer alrededor de 30 km, la distancia que separaba los distintos alojamientos donde descansar. En estos lugares, los viajeros encontraban alimentación, higiene, así como provisiones y establos para sus caballos. Además, la gran cantidad de polvo levantado por las ruedas de los carros y las personas que transitaban por las calzadas hacía indispensable refrescarse y bañarse, por lo que era común encontrar baños termales en dichos alojamientos.

Unas vías muy rápidas

En el año 69 d. C., Icelo recorrió 1900 kilómetros en tan solo 7 días para informar a Galba sobre el fallecimiento de Nerón. Según la tradición, Tiberio, futuro emperador, ostenta el récord de velocidad al viajar desde Italia a Germania en el año 9 a. C. para visitar a su hermano Druso, quien había sufrido un accidente, recorriendo… ¡297 km en un día! Para este propósito, utilizó un carro rápido, un conductor y un guía que se turnaban con él.

La respuesta a la pregunta del título

Nicolas Bergier, un erudito francés del siglo XVII, publicó Historia de los grandes caminos del Imperio romano (1622), en la cual proporcionó la primera descripción detallada de los hallazgos desenterrados tras excavar varias vías romanas.

Durante el siglo XVIII, se llevaron a cabo la construcción de carreteras utilizando la misma técnica que los romanos. Cuando la arqueología descubre restos de estos caminos, resulta complicado determinar si corresponden a una vía romana o a una de épocas más recientes. No obstante, la clave para resolver esta compleja incógnita radica en el tipo de sandalias que empleaban los viajeros durante sus extensos trayectos.

Las sandalias claveteadas, conocidas como «caligae» en la época romana, eran utilizadas por campesinos, jornaleros y soldados que requerían un calzado resistente para sus travesías. Estas botas de cuero contaban con tachuelas de hierro o cobre en la suela, lo que evitaba el rápido desgaste de la misma, permitiéndoles soportar hasta 1000 km de marcha. Sin embargo, presentaban el inconveniente de que las tachuelas se desprendían y quedaban en el camino, lo que ha permitido confirmar la presencia de caminos de época romana. Además, estas suelas claveteadas también tenían el uso por parte de los legionarios de pisotear a los enemigos caídos en batalla.

Para saber más

KleuskeMatthiasKabel

3 respuestas a “¿Calzada romana? La solución se encuentra en las suelas”

  1. Avatar de MASQUESUELAS by Zapatería Don Tacón
    MASQUESUELAS by Zapatería Don Tacón

    Me ha gustado el artículo. Un artículo ameno. Gracias.

    1. Avatar de franciscojaviertostado

      Hola Masquesuelas,
      gracias a ti por leerlo y comentar.
      Saludos

  2. Avatar de La relación de la NASA con el culo (perdón) de dos caballos – franciscojaviertostado.com

    […] La gran extensión del Imperio romano se vertebró gracias a los más de 120 000 kilómetros de calzadas, una red viaria importantísima tanto en el transporte de mercancías como en el traslado de […]

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