Admirado como un héroe en su profesión la reputación de este cirujano fue puesta en entredicho durante el siglo XX al darse a conocer sus experimentos quirúrgicos. El Dr. James Marion Sims es considerado por muchos como el fundador de la moderna ginecología cuyas técnicas pioneras siguen utilizándose en todo el mundo. Pero la “mancha” en su expediente se origina entre los años 1845 y 1849, al utilizar mujeres esclavas afroamericanas para poner en práctica sus revolucionarias ideas quirúrgicas sin su consentimiento y sin anestesia.
Nacido en Carolina del Sur (1813) se trasladó a Filadelfia donde se matricularía en el Colegio Médico Jefferson, graduándose con 22 años. Durante su estancia en Montgomery (Alabama) quiso poner en práctica una revolucionaria técnica quirúrgica para solucionar las graves y frecuentes incontinencias de orina provocadas por las fístulas que se producían entre la vejiga y la vagina (vésico-vaginales) a consecuencia de los traumatismos ocurridos durante el parto. Para poder cerrar los agujeros de la fístula se hizo servir de 14 esclavas del hospital de la misma ciudad solicitando el único consentimiento de sus propietarios.
Pensaba que la cirugía vaginal no era lo suficientemente dolorosa como para necesitar anestesia y solo les administró opio después de la intervención debiendo sufrir inmensos dolores durante la operación mientras permanecían maniatadas a la fuerza. En sus registros se tiene constancia del nombre de tres de ellas: Anarcha, Betsy y Lucy. Muchas de ellas intervenidas hasta en diez ocasiones aunque en el caso de Anarcha se sabe que se sometió a treinta operaciones antes de que el Dr. Sims le solucionara la fístula. Tras el éxito obtenido con los “experimentos” en las esclavas, decidió trasladar el procedimiento a las mujeres blancas aunque eso sí… utilizando anestesia.
En 1855 funda el Women´s Hospital, el primer hospital para mujeres en América, mientras su fama como cirujano no hace más que crecer. Entre sus ilustres pacientes destacan la emperatriz Eugenia (esposa de Napoleón III) del que fue su médico entre 1863 y 1866 y la duquesa de Hamilton de Escocia. Cuando regresa a Nueva York en 1871, debe pelearse con la junta de su hospital para poder admitir a las mujeres que sufrían cáncer. Él defendía que se las aceptara, en contra de lo que opinaban los otros médicos que pensaban que el cáncer podía representar una amenaza para todos al ser considerado contagioso. Al final se impuso la opinión del Dr. Sims y se funda el Hospital del Cáncer de Nueva York, el primer instituto del cáncer en Estados Unidos. De 1876 a 1877 es nombrado presidente de la Asociación Médica Americana y fallece seis años después en Nueva York.
Entre sus logros destacan: ser precursor de la cirugía de la vesícula biliar, eliminando sus piedras; un espéculo muy utilizado en cirugía (y práctico, todo hay que decirlo); un test poscoital (test de Sims) para el estudio de la pareja estéril, con el que se evalúa la capacidad de los espermatozoides para llegar al canal cervical y sobrevivir en el moco cervical. Se convirtió en uno de los métodos más utilizados en el diagnóstico de la infertilidad en la pareja -aunque hoy su utilidad está puesta en duda- y sobre todo la resolución de las fístulas vésico-vaginales, que sentaron las bases para la actual cirugía vaginal.
Actualmente se encuentra enterrado en el cementerio de Greenwood en Brooklyn y podemos encontrar una estatua de bronce entre la Quinta Avenida y la calle 103, frente a la Academia de Medicina de Nueva York, la primera estatua de Estados Unidos que representa a un médico.
Su ciudad natal le rinde homenaje por “su servicio a lo que sufren las mujeres. Emperatriz y esclavos por igual” aunque en Nueva York se están planteando retirar su monumento…
… ¿tú qué piensas?
Para saber más:
Revisión histórica cirugía vésico-vaginal de Sims
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