La cirugía con más mortalidad de la historia… ¡300%!

Robert Liston, fotografia de 1845 (Hill & Adamson)

Robert Liston, un cirujano «prestigioso», realizó una intervención quirúrgica con una tasa de mortalidad de más del 100 %, lo cual no fue un simple error; de hecho, triplicó esa cifra. Sin embargo, el resultado no se limitó al fallecimiento del paciente…

El pasado

Antes, en el pasado, cuando una persona acudía al hospital, no se tenía certeza de si sobreviviría a la intervención médica. De hecho, era considerado más seguro someterse a una operación en el hogar que en el propio centro sanitario, donde las tasas de mortalidad podían ser hasta cinco veces más elevadas. Esta situación se atribuía principalmente a la falta de condiciones higiénicas y a la proliferación de infecciones postoperatorias. Los profesionales de la medicina realizaban cirugías llevando delantales manchados de sangre y rara vez se lavaban las manos después de atender a otros pacientes. Además, el instrumental quirúrgico utilizado no siempre cumplía con los estándares de esterilidad y, por añadidura, se creía que la presencia de pus en las heridas era beneficiosa para la curación. En estas circunstancias, la probabilidad de morir a causa de una infección era considerablemente alta.

Pero si eso no resultara fatal, la cirugía en sí lo sería. Sin anestesia, la celeridad era equiparada con la destreza del cirujano. Aquellos que procedían con mayor lentitud experimentaban una tasa de mortalidad del 25 %, mientras que el renombrado Robert Liston, para su época, lograba resultados extraordinarios al salvar a 9 de cada 10 pacientes.

Robert Liston, el más rápido

Fue el primer profesor de cirugía de la University College de Londres, cargo que ocupó a partir de 1835. Era un hombre de gran estatura, alcanzando casi 1.90 metros, y durante sus intervenciones quirúrgicas solía vestir un abrigo de color verde botella y botas de goma. Gozaba de gran respeto entre sus colegas, aunque tanto sus alumnos como los pacientes lo veían con temor. Su fuerza era tal que prescindía del uso de torniquetes para detener hemorragias, ya que era capaz de hacerlo con su brazo izquierdo mientras operaba con la otra mano.

«¡Tiempo, caballeros, tiempo, tiempo!» Repetía a sus estudiantes

En consecuencia, la rapidez era crucial para preservar vidas, y Liston era excepcional en este aspecto. Su destreza con el bisturí le permitía realizar amputaciones en apenas dos minutos y medio, aunque en ocasiones esta rapidez provocaba accidentes no deseados, como la inadvertida sección de ciertos testículos.

En otra ocasión, le llegó un niño con un gran tumor rojo y pulsátil en el cuello. Pensó que se trataba de un simple absceso, cuando en realidad se trataba de un enorme aneurisma. A pesar de que le advirtieron sus colegas de esa posibilidad, Liston sacó el bisturí y lo punzó, muriendo desangrado. Hoy se conserva esa arteria en el museo patológico de su hospital (muestra nº 1256).

Pero el hecho al que hago referencia en el título es la desafortunada intervención que se llevó a cabo en una ocasión y que quedó documentada en los anales de la medicina como «la única intervención registrada con una mortalidad del 300 %».

En una ocasión, mientras efectuaba una de sus miles de amputaciones el paciente murió por gangrena. En principio esto no era ninguna noticia si no fuera porque durante la misma, Liston amputó los dedos de su ayudante en la rápida intervención muriendo también poco tiempo después. En estas operaciones era habitual la presencia de público, algunos compraban entradas para asistir como cualquier otro espectáculo de la ciudad, y un espectador que la presenciaba a corta distancia vio como Liston le rajaba el abrigo. Pensando que le había alcanzado algún órgano vital, sufrió un infarto. Es decir, murió el paciente, el ayudante y un espectador.

No debemos considerar que este incidente manchó su reputación. Liston también fue un pionero en su campo, siendo el primero en Europa en llevar a cabo una operación con éter, así como en el diseño de instrumental quirúrgico que posteriormente fue ampliamente utilizado.

El presente, el futuro

En la actualidad, la tasa de mortalidad asociada a procedimientos quirúrgicos ha experimentado una notable disminución, en gran parte gracias al desarrollo de la anestesia, la aplicación de técnicas antisépticas, el uso de antibióticos, así como el advenimiento de las unidades de cuidados intensivos y los avances tecnológicos. Es importante destacar que ninguna intervención quirúrgica está exenta de riesgos, sin importar cuán trivial pueda parecer, y se estima que en aquellos centros donde se llevan a cabo numerosas cirugías, aproximadamente el 10 % de los casos presentan complicaciones postoperatorias graves debido a la iatrogenia.

La principal complicación de la técnica quirúrgica puede ser la necesidad de reintervención del paciente. En el caso de una reintervención abdominal, la mortalidad puede variar desde el 13 % hasta el 100 % si se complica con sepsis y fallo multiorgánico. Estas situaciones representan escenarios extremos en los que la ciencia todavía no puede ofrecer una solución completa. Es importante destacar que actualmente se realizan operaciones en áreas que anteriormente se consideraban inoperables, lo que demuestra el avance continuo en el campo de la medicina.

Gracias a los avances tecnológicos, la cirugía se vuelve cada vez menos invasiva. Ejemplos de esto son la laparoscopia, en la que el cirujano no opera directamente con sus manos, y la moderna cirugía robótica da Vinci, que se aplica actualmente principalmente en oncología urológica, ginecológica, torácica y bariátrica (tratamiento de la obesidad). Esta técnica permite una visión tridimensional del área quirúrgica con un aumento de hasta diez veces y una precisión superior. En este procedimiento, el cirujano opera a distancia mediante la manipulación de un robot. La cirugía robótica reduce el tiempo de la operación, el dolor postoperatorio y el tiempo de hospitalización. En la actualidad, hay cerca de 5000 equipos instalados en todo el mundo.

Fotos cedidas por la Dra. Mª Asunción Pérez Benavente, jefe de la Unidad de Oncología Ginecológica del Hospital Universitario Vall d´Hebrón (Barcelona) donde podemos verla frente a la consola con los mandos que controlan el robot.
En esta otra imagen el paciente en la mesa operatoria con el brazo robótico da Vinci.

Sí, la rapidez es importante, pero mucho menos hoy que antes.

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Nimur

9 respuestas a “La cirugía con más mortalidad de la historia… ¡300%!”

  1. Avatar de astolgus
    astolgus

    FJT, tienes razón, como siempre, la cirugía ES UN EQUIPO en el que todos son necesarios: ANESTESIÓLOGO, la persona que está viendo las constantes vitales transmitidas desde sus monitores (cardíaco, pulmonar, renal) y el tacto de su piel, que también le da valiosos datos y síntomas QUE NO DAN los sensores, el primero que recibe al paciente y el último que lo deja ir a la sala de despertar o a la UCI según él piensa que va a estar más seguro; tiene en todo momento la vista en el campo operatorio para vigilar el sangrado que provoca el cirujano operando, protege los ojos del paciente cerrándole sus párpados para que no se lesionen las conjuntivas, puede utilizar un recuperador de la sangre propia del paciente o pedir bolsas de plaquetas o de sangre completa que ha previsto con antelación le tengan preparadas por si son necesarias; él enviará las muestras de sangre o de fragmentos de tumor (si este es el caso) para que el anatomopatólogo haga un estudio rápido (aunque a éstos no les hace mucha gracia porque no es tan seguro como los estudios definitivos tras congelación, tinción y estudio.
    CIRUJANOS AYUDANTES (a veces son «estorbantes»)
    INSTRUMENTISTA, persona con cualidades de pulpo que conoce a la perfección la técnica operatoria, con todo el instrumental quirúrgico preparado en una mesa lateral grande y otra más pequeña justo encima del paciente.
    ENFERMERA VOLANTE, circula por todo el quirófano y sale volando materialmente a traer lo que le piden, a veces a gritos.
    Bien, hasta aquí la actualidad humana, porque todos nos cansamos después de 5, 6, 8 o más horas de cirugía y muchos padecemos varices de eso. Así que el futuro ya está aquí, es LA ROBOTIZACIÓN, esa invención que tiene precisión milimétrica, que no se cansa dure lo que dure la operación, que no protesta, que no berrea y que continúa después con el siguiente paciente si lo hay y entra otro EQUIPO de humanoides.
    La pregunta del millón es ¿qué preferimos nosotros o los pacientes?

  2. Avatar de franciscojaviertostado

    Hola Astolgus,
    y qué me dices de la implantación del 5G. Con él se gana en velocidad, capacidad de datos y lo más importante en lo que a su aplicación a la cirugía se refiere, reducción del tiempo de respuesta o latencia, inferior a los 0,1 segundos, algo clave en una operación quirúrgica, pues permite mayor transmisión al ser transmitido a tiempo casi instantáneo.
    Con esta nueva tecnología el médico puede operar desde una ciudad alejada a la sala de operaciones. En enero de este año, el Dr Liu Rong realizó el primer test de este tipo realizado con éxito al extraer parte del hígado de un animal situado a 50 kilómetros utilizando por completo la red 5G. Recientemente, en Barcelona, el Dr Antonio de Lacy. jefe del Servicio de Cirugía Gastrointestinal en Hospital Clínic realizó la primera intervención quirúrgica teleasistida mediante tecnología 5G. Sin duda, increíble, pero es el futuro, aunque los que entienden de esto dicen que todavía faltan más de cinco años para que veamos robots realizando de forma autónoma o a distancia estas intervenciones. Pero llegará, de hecho, ya está aquí.

    En mi opinión todo esto es positivo, pero lo que no harán nunca los robots serán sustituir al médico en cuanto a la relación HUMANA con el paciente. Creo que Hipócrates sería el primer defensor de estas tecnologías, siempre y cuando no dejáramos en el olvido la calidad humana y la relación médico-paciente.

    Saludos

  3. Avatar de astolgus

    Es que la palpación, la percusión, la auscultación… eso seguirá existiendo mientras los médicos creamos en nuestra profesión, en nuestro oficio

    1. Avatar de Karla vanessa sandres Herrera
      Karla vanessa sandres Herrera

      El médico siempre será vital
      Su ética y amabilidad con el personal sanitario y medico es indispensable

  4. Avatar de melbag123

    Increible como ha avanzado la ciencia. Pobre el que perdió los testículos…

    1. Avatar de franciscojaviertostado

      Hola melbag,
      ¡ja, ja, ja! Podías entrar con un problema en un pie y salir emasculado y estéril de por vida 😉
      Abrazos

      1. Avatar de melbag123

        Jajajaja… Triste cosa.

  5. Avatar de El lavamanos de Semmelweis y su fiebre puerperal – franciscojaviertostado.com

    […] que cierra la puerta a virus, bacterias y hongos. Dejando a un lado al coronavirus, un dato: la sepsis, una infección que altera la respuesta normal del cuerpo y provoca lesiones en tejidos y órganos, […]

  6. Avatar de Las ambulancias «veloces», la sencillez de un gran invento –

    […] Ya dediqué un artículo en el blog sobre otro ilustre cirujano nacido a principios del siglo XIX, Robert Liston, capaz de amputar una extremidad en tan solo dos minutos y medio con el asombroso resultado de […]

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