Pues va a ser que yo me apunto a «pasar una noche toledana»

Vista de Toledo (haz clic en la imagen para ampliarla)

Según la Real Academia Española de la Lengua la expresión «pasar una noche toledana» hace referencia a la noche que se pasa sin poder conciliar el sueño. ¿Y qué tiene que ver esta preciosa ciudad castellana con el hecho de no dormir? Como en otras expresiones, la realidad y la ficción se mezclan a la hora de encontrar su origen.

La macabra leyenda

A finales del siglo VIII gobernaba la España musulmana el emir árabe Al-Hákam I, según los cronistas el más tirano y sanguinario de los emires omeyas. En Toledo vivían árabes, judíos, visigodos, hipanorromanos (la mayoría cristianos convertidos al Islam) sometidos al emir de Córdoba, pero gozando de cierta autonomía. Al-Hákam I quiso terminar con esa independencia y envió como gobernador al señor de Talavera, el muladí Amrus ben Yusuf, persona de su total confianza. Amrus combatió en el año 788 junto a Carlomagno en su intento de tomar Zaragoza y junto a los vascones en la Batalla de Roncesvalles.

El nuevo gobernador no tuvo fama de diplomático y los muladíes de Toledo se rebelaron contra él. Astutamente trató de acabar con la revuelta pagando a los nobles instigadores del motín, el clan de los Banu Majjsi, para que traicionaran y entregasen a los rebeldes, pero sin éxito.  Según recogen las crónicas toledanas de los siglos XVI y XVII como la Descripción de la Imperial Ciudad de Toledo, de Pedro Alcocer, así urdió su plan:

Para celebrar su nombramiento, invitó a su palacio a las personalidades más ricas e influyentes de Toledo, en total más de 700 notables de la ciudad. Durante el banquete les cortó la cabeza y mandó arrojarlas a un foso preparado de antemano, mientras flautas y albogues no paraban de tocar. Según se cuenta, la cifra bien pudo ser mucho mayor porque algunos invitados todavía se encontraban en el exterior y huyeron al oír los gritos y ver lo que pasaba en el interior del palacio.

Existen distintas versiones de lo ocurrido allí esa noche. Algunas fuentes señalan que el verdadero motivo de Amrus fue vengarse de la ejecución de su hijo por los nobles de Toledo, otros, cuentan que tras degollarlos colgaron sus cabezas en las almenas del cuartel, actual Paseo de San Cristóbal.

Los cronistas medievales, especialmente los musulmanes, dieron nombre a ese terrible hecho «waqat al-hufra», conociéndose también como la «Jornada del Foso de Toledo». Esta leyenda se recreó en numerosas obras literarias por escritores como Bécquer, Zorrilla… y Lope de Vega, quien contribuyó a popularizar la expresión «noche toledana», título de una de sus comedias.

Lejos de este suceso, os invito a pasar una «noche toledana» en la ciudad. Su gastronomía, historia y cultura no os defraudará, y seguro que mantendréis vuestras cabezas sobre los hombros.

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