Darwin, el Beagle y, sobre todo, su comandante FitzRoy

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Copia fotográfica de una litografía del retrato de Robert FitzRoy hecha por Herman John Schmidt.

Todos conocemos la importancia de la teoría propuesta por Darwin sobre la evolución biológica a través de la selección natural, una hipótesis que gestó durante años a partir del análisis de fósiles animales extintos y las observaciones de especies vivas recogidas tras el viaje que hizo a bordo del HMS Beagle, así como de sus experimentos posteriores de crianza de aves y plantas.

Mucho se ha hablado del científico, pero menos de quien hizo posible ese trascendental viaje, un aristocrático e intrépido oficial de la marina que por entonces buscaba un naturista que le acompañara en su exploración a Tierra del Fuego, me refiero a Robert FitzRoy.

Vidas cruzadas

Darwin no era la primera opción de FitzRoy, de hecho, la primera impresión que tuvo de él no fue muy favorable, pero el destino hizo que sus caminos se encontraran para siempre y para fortuna de la ciencia. Inicialmente el viaje se planificó para dos años, prolongándose hasta cinco. Zarparon de la bahía de Plymouth el 27 de diciembre de 1831 y regresaron a Falmouth el 2 de octubre de 1836, tras recorrer América y Oceanía. a bordo de un modesto bergatín de 28 metros de eslora y 8 metros de manga que albergaba setenta hombres entre ellos el joven de 22 años y recién licenciado en la Universidad de Cambridge, Charles Darwin.

HMS Beagle en el estrecho de Magallanes.

FitzRoy comandante del HMS Beagle

Nació en Suffolk, Inglaterra, en 1805, su padre era bisnieto del mismo rey Carlos II de Inglaterra, así que pertenecía a la alta aristocracia británica, y con tan solo doce años entró a la Royal Naval Academy, embarcándose como voluntario dos años después en una fragata que le permitiría navegar en el que sería su primer viaje a Sudamérica.

En 1828 sería nombrado comandante del HMS Beagle encargado de inspeccionar las costas meridionales de América del Sur, entonces tenía el grado de teniente y tan solo veintitrés años de edad. Tras cumplir su misión -en la que efectuó trabajos hidrográficos y alcanzó el cabo de Hornos descubriendo el canal Beagle- regresaría a Inglaterra.

En 1831 sería nombrado nuevamente comandante del HMS Beagle para proseguir con la misión científica y cartografiar la costa, así como medir las corrientes oceánicas. Consciente de la importancia que tenía el viaje en lo que a investigación se refiere, decide traerse al joven naturalista Charles Darwin, quien dedicó la mayor parte de su tiempo a investigaciones geológicas en tierra firme y a reunir ejemplares, una acertada decisión  que convertiría ese viaje en histórico. Tras el viaje, FitzRoy se casaría con su prometida Mary Henrietta O´Brien con la que tendría cuatro hijos.

Carta del viaje del Beagle con Charles Darwin.

El «pronóstico» del tiempo

Pero si hay que recordarlo también es por sus pioneras predicciones climáticas, de hecho, dio el nombre de «pronóstico» a su propia invención.

En 1854 sería designado jefe de un novedoso departamento del Board of Trade, encargado de recoger los datos del tiempo en la mar, precursora de la Met Office (Oficina Meteorológica del Reino Unido). Hasta entonces no existían los pronósticos del clima, algo que en la actualidad utilizamos cada día para informarnos a la hora de planificar incluso nuestro día a día.

A principios del siglo XIX comenzó a entenderse como funcionaban las nubes, con vientos que giraban en sentido contrario horario alrededor de un punto de baja presión y aparecen los mapas meteorológicos. A partir de 1860 FitzRoy compartiría en los periódicos las conclusiones que extraía tras analizar los datos atmosféricos que analizaba. Así pues, advertía a los periódicos para su publicación -el diario The Times sería el primero en hacerlo- si los próximos dos días el tiempo sería bueno, favorable, lluvioso o tormentoso. Un año después, estableció una red de quince estaciones costeras que proporcionaban avisos visuales del estado del tiempo a los barcos en la mar, salvando la vida de muchos marineros.

Al principio, muchos sectores de la sociedad se mantenían reacios a creerle y para convencerles manifestaba que «No son ni profecías ni predicciones», sino que, «el término pronóstico se aplica estrictamente a una opinión que es resultado de una combinación científica y cálculo». El tiempo -nunca mejor dicho- le dio la razón y pronto se hicieron populares.

Los reconocimientos

A lo largo de su vida recibiría múltiples honores. En 1837 le concedieron una medalla de oro por la Royal Geographical Society y fue nombrado Gobernador de Nueva Zelanda, cargo que ejercería durante once años, no sin dificultades por los disturbios que padecía el país. Al regresar a Inglaterra le ofrecieron ser superintendente del Astillero Real en Woolwich, y en 1849, el mando de la fragata HMS Arrogant, retirándose del servicio activo tres años después, momento que sería electo como miembro de la Royal Society con el apoyo entre otros de Charles Darwin.

Su final

Retirado de toda actividad, en 1863, fue ascendido al grado de vicealmirante y dos años después, una mañana, tras levantarse de la cama preparado para acudir a la iglesia, besó a su  hija y tras dirigirse al vestidor se encerraría con llave suicidándose, afectado por una profunda depresión y arruinado económicamente tras invertir su fortuna en gastos públicos. Actualmente está enterrado en el frontis de la iglesia All Saints en Upper Norwood, en Londres.

Sus profundas creencias religiosas y el controvertido debate que suscitó la idea de la evolución tras la publicación de «El origen de las especies», provocarían en FitzRoy un sentimiento de culpabilidad, considerándose en cierta manera traicionado por Darwin, hecho que manifestaría incluso públicamente.

Quise acercaros la figura de FitzRoy y no quisiera terminar sin recordar a otro personaje injustamente olvidado, Alfred Russel Wallace, quien se cartearía con Darwin exponiéndole sus ideas y similares conclusiones en la teoría de la evolución, empujando a Charles Darwin a anticiparse y hacer público su revolucionaria teoría con la publicación de «El origen de las especies». Ambos fueron reconocidos en su momento, pero la historia hizo caer en el olvido a Wallace y encumbró a Darwin. Algo similar a lo ocurrido con Robert FitzRoy, recordado en este caso por ser el oficial del barco que llevó a Darwin en su exitoso viaje, pero que también debería serlo por su propia actividad científica.

Para saber más:

thebeagleproject

La predicción del tiempo

Link imagen:

Sémur

10 comentarios

  1. Muy interesante tu nota Francisco. Darwin y su teoría siempre me fascino. Pero lo que desconocía totalmente fue su relación con Fitz Roy y el triste final que este tuvo.

  2. HOLA. muy interesante el articulo. Muy interesante la causa de ese conflicto con Darwin en función de sus ideas religiosas y la difusión de los resultados de la investigación.Abrazo y feliz 2018.

  3. tengo una duda…Que paso entre charles darwin y fitz roy porque darwin traiciona al comandante?

    1. Hola Benjamin,
      puede que el punto de inflexión en su «amistad» fuera la publicación de «El origen de las especies» por parte de Darwin. FitzRoy, profundo creyente en Dios, se sintió traicionado por Darwin con su teoría, además de sentirse culpable por haberle ayudado en su empresa. En un debate celebrado en Oxford el propio FitzRoy atacó el libro y levantó una inmensa Biblia implorando a la audiencia que creyeran en Dios en lugar del hombre.
      Saludos y gracias por comentar.

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