Con Pericles Grecia entra en una de las etapas más brillantes de la historia de la humanidad. Conocida como «Pentecontecía» (478-431 a.C.), sus manifestaciones fueron tan importantes que permanecen todavía vivas en nuestros días. Es conocido como el “siglo de Pericles” y representó la hegemonía de Atenas, tanto en el campo político, económico como el cultural.
Se conoce gracias a los escritos de Tucídides, Jenofonte, Diodoro de Sicilia y sobre todo a las “Vidas Paralelas” de Plutarco (70-120 d.C.). Pero tampoco debemos olvidarnos de los 145 discursos y panfletos conservados de esa época, muchos anónimos; los escritos de Platón y Aristóteles; la “Vieja Comedia” de Aristófanes y las fuentes arqueológicas.
En aquella época Atenas se encontraba en una difícil situación exterior, la hostilidad de Persia y Esparta le obligó a reforzar las murallas de la ciudad y su flota naval, debiendo pactar con los enemigos y colocar guarniciones defensivas en las tierras reconquistadas en torno al Ática. Pero las victorias en las Guerras Médicas, la hegemonía de Atenas y sobre todo la genialidad de los políticos, dieron la estabilidad y riqueza necesaria para alcanzar su cenit cultural y político.
Milcíades, Temístocles, Arístides, Cimón, y poco después, Efialtes y Pericles. Todos pertenecían a las grandes familias atenienses, eran grandes oradores y con notables dotes de persuasión. Pero a pesar de sus logros también tuvieron un final común, el ostracismo y la condena política.
Efialtes exigió modificar la Constitución para privar al Areópago de gran parte de sus privilegos y pasarlos a la Bulé (Consejo de los 500) y al Tribunal de la Heliea, es decir, se quitaba el poder a la antigua aristocracia y se le entregaba al pueblo a través de sus Instituciones. Era la plena democracia. Efialtes fue asesinado misteriosamente –aunque no hay que pensar mucho para averiguar por quién-, pero sus reformas ya no tendrían marcha atrás, siendo Pericles, su continuador.
Pericles (495 a.C. aprox.- 429 a.C.) pertenecía a la aristocracia por su padre y descendía de la noble familia de los Alcmeónidas, por parte de su madre. Recibió una esmerada educación intelectual que repercutió en su carácter y en su vida. En su círculo de amistades habían más intelectuales que políticos y en su casa siempre se encontraba la élite más eminente de la época gracias también a que, su segunda esposa, Aspasia de Mileto, también era una mujer de cultura refinada.
Durante catorce años fue “Estratego Autokrator” elegido sin discusión entre los años 443 hasta el día de su muerte. Como decía al principio, Pericles continuó las reformas iniciadas por Efialtes, y consiguió otorgar el poder al pueblo. Incluso el mismo Pericles debía rendir cuentas al pueblo (Demos) ateniense siendo pocos los que se alzaron en su contra.
El esplendor de Atenas no se puede atribuir solo a Pericles pues se debió a un largo proceso previo, pero gracias a que entendió el momento hegemónico que vivía Atenas, se esforzó para que todos los atenienses así lo entendieran. De esta manera llevó a Atenas a considerarse la “escuela de Grecia” y logró llevar a la práctica el pleno funcionamiento de la democracia.
La Democracia radical
Entre las innovaciones que incorporó para aumentar la participación del pueblo en la vida ciudadana destacan:
- La retribución de las funciones públicas destinada a compensar económicamente la pérdida de una jornada de trabajo (Mistoforía), sin ser cantidades excesivas para evitar que estos cargos fueran asumidos con ánimo de lucro. De esta manera se facilitó que las gentes del campo participara en las decisiones que les afectaban.
- Se limitó el acceso a la ciudadanía ateniense, concediéndose solo a los hijos de padre y madre ateniense.
- Se constituyó un riguroso control sobre el ejercicio de las funciones públicas (Dokimasía) para comprobar que el candidato reunía las condiciones necesarias para el servicio público que optaba.
- Se promovió la Grafé paranomon, una institución que trataba de impedir cualquier acción irreflexiva por parte de la Asamblea del pueblo (Eklesía).
Grecia es considerada cuna de la actual democracia, pero pocos países (por no decir ninguno) son los que disfrutan de una democracia tan genuina como en la Atenas de Pericles. El pensamiento de políticos como Pericles, Efialtes y sus antecesores, la hicieron posible. Pero, ¿qué ocurre en la actualidad? ¿Por qué no existen políticos de la talla de los clásicos griegos? ¿Tendríamos que volver la vista atrás y aprender de ellos? El debate está abierto y espero como siempre vuestra opinión.
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