Para hacer las cosas bien es necesario: primero, el amor; segundo, la técnica
(Antoni Gaudí)
Hijo de un calderero, que se trasladó en 1868 a Barcelona para entrar en la Escuela de Arquitectura cinco años después -por cierto, dicen que fue un estudiante irregular-, Gaudí aprendió en distintos talleres el oficio de cristalero, carpintero y cerrajero, mientras ejercía de asistente en estudios de arquitectos. Se presentaba con la tarjeta que aquí os muestro y en 1878 recibió su primer encargo oficial.
Pronto asumiría obras financiadas por la burguesía catalana, muchas de ellas Patrimonio de la Humanidad, de hecho, de las 9 obras arquitectónicas de Barcelona con este título otorgado por la UNESCO, siete son de Antonio Gaudí: la Pedrera, el Park y el Palau Güell, la Casa Batlló, la Cripta Colonia Güell, la Casa Vicens y su gran obra maestra, la Sagrada Família, cuyo proyecto asumiría en 1883 con tan solo 31 años de edad. Desde el principio tenía muy claro que no vería finalizado el Templo cuando se involucró en su construcción, a día de hoy, son cinco generaciones las que han visto levantarlo y su construcción aún continúa.
El proyecto inicial
Coincidiendo con la modernización y expansión de Barcelona en la segunda mitad del siglo XIX, en 1866 Josep Maria Bocabella i Verdaguer funda la Asociación Espiritual de Devotos de San José, promotora del templo en 1881. Adquieren el solar en el centro de la ciudad, en la misma distancia al mar y a la montaña, y a los ríos Besós y Llobregat.
El 19 de marzo de 1882, Día de San José, se coloca la primera piedra en un acto presidido por el obispo de la ciudad, Urquinaona, y no, no fue Gaudí el que la puso.
El primer arquitecto fue Francisco de Paula del Villar y Lozano, quien poco después y por mantener discrepancias con los promotores, abandona la obra, pasando el trabajo a Antoni Gaudí. Cuando se hace cargo del proyecto ya se había iniciado la cimentación de las columnas de la cripta, de estilo neogótico, y será entre 1890 y 1893 con la construcción del ábside, que se entiende el paso de la arquitectura neogótica de Francisco de Paula del Villar a la de Gaudí.
Un proyecto que le involucró para siempre
Con el tiempo Gaudí se implicó cada vez más en la obra de la Sagrada Familia, decidiendo dejarlo todo en 1914 para centrarse únicamente en ese proyecto hasta el día de su muerte. Dedicó cuarenta y tres años de su vida al templo y sus últimos 15 años en exclusiva, fervorosamente, pidiendo él mismo limosna para financiarlo, recordemos que el templo se conoce popularmente como «la catedral de los pobres» ya que el dinero necesario en su construcción procede de exclusivamente de donaciones privadas y de las entradas de los visitantes. El mismo Gaudí se arruinó y empeñó sus ahorros para ayudar en su financiación.
En vida construyó la cripta (1889), la fachada del ábside, las escuelas parroquiales (1909), el primer campanario dedicado a San Bernabé (1925), los primeros tramos del claustro y la fachada del Nacimiento (los cuatro campanarios de dicha fachada finalizan en 1930). Consciente de la dificultad de continuar su proyecto tras su muerte, concibió la construcción en fases.
Colaboraron con él artistas como Josep Llimona y arquitectos como Josep Maria Jujol, entre muchos otros, trabajando en equipo motivados por la pasión del genio de Gaudí. Se involucró tanto que en sus últimos meses de vida durmió en un pequeño cubículo de la iglesia para no tener que desplazarse. Desde que se levantaba hasta que se acostaba pensaba en su construcción, ocupaba las 24h del día en su pensamiento, rechazando proyectos multimillonarios en París y Nueva York que muchos no dudarían en reprocharle de loco.
No hay que lamentar que yo no pueda acabar el templo; yo me haré viejo, pero otros retomarán el trabajo. De este modo, será incluso más grandioso
El proyecto tras su muerte
Su estudio se incendió en 1936, pero se recuperaron planos originales y trozos de maquetas de yeso, fotografías y escritos que permitieron seguir con la construcción según sus ideas, permitiendo que el 90 % de lo construido tras su muerte sea fiel a sus indicaciones.
En 1940 de restauraron los destrozos de la cripta y su estudio, entre 1954 y 1976 se terminó la Fachada de la Pasión y entre 1979 y 2010 se construyeron las bóvedas de la nave, hace un par de años que se finalizaron las obras de la primera sacristía.
La nave central del Templo evolucionó con el tiempo y presentó hasta tres versiones que fue modificando con la experiencia, conocimientos e innovaciones que adquirió en algunas de sus obras, como en la Colonia Güell y la reforma de la catedral de Mallorca.
Gaudí comparó y aplicó la geometría con la naturaleza en su arquitectura, así, cuando uno entra en el Templo tiene la sensación de encontrarse en un bosque en el que las columnas son los troncos de los árboles y las ramas las ramificaciones que surgen de los capiteles. La luz del sol se filtra por las bóvedas, luz que parece buscar los árboles. También podemos verlo en el pórtico de la fachada de la Pasión, donde paraboloides hiperbólicos originan las columnas a modo del tronco de algunos árboles, forma arquitectónica utilizada por primera vez en las bóvedas, permitiendo que capten la máxima luz del exterior proyectándola hacia el interior.

El papa Benedicto XVI ante más de 6000 personas presidió la Misa de dedicación de la iglesia y el altar de la Sagrada Familia de Barcelona y la elevación del templo a Basílica Menor en el año 2010. En un post anterior ya insinué que eran muchas las voces que desean hacer santo a Gaudí, pero la Iglesia exige un milagro. Y vuelvo a preguntarme… ¿no será su Sagrada Familia ese milagro?
La finalización de la obra
Sea o no milagro, la tecnología de nuestro tiempo permite el diseño tridimensional por ordenador y la impresión en 3D, algo que, junto a los ingresos que se obtienen de los visitantes del Templo -el año 2017, fue el monumento más visitado en España con más de 4,5 millones- aceleran su finalización. Según las previsiones de los expertos en tres años se terminarán las torres centrales y en el año 2026 se finalizará la construcción de la Sagrada Familia.
Muchos son los que quiere verla terminada, pero seguro que Antoni Gaudí les diría … «Mi cliente no tiene prisa».
Para saber más:
Templo Expiatorio de la Sagrada Familia; Más desordenado
Información del museo de la Basílica de la Sagrada Familia
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