En la actualidad nadie se extraña cuando acude al médico y le visita una mujer. Incluso hoy en día en las facultades de Medicina hay mayor proporción de estudiantes que son mujeres así que, en un futuro no muy lejano, cuando nos pongamos enfermos habrán muchas más posibilidades de que sea una mujer la que nos diagnostique y trate. Un dato significativo es que casi el 65 % de las mujeres que aprueban el MIR, examen para acceder a estudiar una especialidad, son mujeres. Pero antes esto no era así. Retrocedamos en el tiempo poco más de cien años.
Hasta el año 1874 no encontramos a la primera mujer que acudió regularmente a las clases de la facultad, se llamaba Dolors Aleu Riera (1857-1913). Nació en el seno de una familia burguesa catalana y fue una de las tres primeras universitarias del país. Desde pequeña siempre mostró una destacada inteligencia y a los diecisiete años de edad se presentó a los exámenes de acceso a la Facultad de Medicina de Barcelona, siguiendo el ejemplo de María Elena Maseras i Ribera que tres años antes se había convertido en la primera universitaria -también en dicha ciudad- gracias a su pertinaz lucha contra el vacío legal existente, hasta conseguir que una Real Orden publicada en septiembre de 1871 le permitió presentarse a los exámenes de bachillerato previos al ingreso en la universidad. Aunque consiguió terminar los estudios antes que Dolors Aleu, el retraso «intencionado» con que se tramitó su convocatoria al examen de grado, hizo que mientras esperaba, cursara y finalizara los estudios de magisterio, profesión que ejercería en detrimento de la medicina.
Dolors Aleu tampoco lo tuvo nada fácil pues el recelo que ocasionaba su presencia en la facultad le obligó en más de una ocasión a acudir escoltada por dos policias proporcionados por su propio padre, jefe de la policia municipal de Barcelona. Sus brillantes notas hicieron que su expediente académico finalizara con una magnífica calificación pero, los obstáculos que encontró después de licenciarse para poder ejercer no fueron menores que las ya pasadas, aunque gracias a su tenacidad tuvo el honor de ser la primera mujer en ejercer de médica de forma oficial y más concretamente en una consulta privada de ginecología y pediatría en Barcelona durante veinticinco años (1882-1907). Pero obtuvo otra distinción digna de mencionar, ser la primera mujer -junto con Martina Castells Ballespí- en doctorarse, gracias a la Real Orden de marzo de 1882 que se creó excepcionalmente para darles salida dado que ya estaban matriculadas en los cursos del ciclo superior.
A partir de entonces se prohibió tajantemente el acceso de nuevas alumnas a la enseñanza universitaria aunque empezaron a oirse las voces de insignes personalidades como el Dr. Josep de Letamendi (1828-1897) y el Dr. Joan Giné i Partagàs (1836-1903) que argumentaron algo que sorprendía en aquellos tiempos: «las mujeres poseen las mismas capacidades intelectuales que los hombres y por tanto, tenían derecho a las mismas oportunidades que ellos».
En la actualidad se ha avanzado mucho aunque todavía se sigue luchando por conseguirlo.
Links imágenes
Gobierno Vasco Irekia ; Galeria de Metges Catalans
Links información galeriametges; bloccampusbellvitge; mcnbiografias; diariomedico
Deja un comentario