No, Cristóbal Colón no fue el primer europeo en pisar el continente americano, sino que cinco siglos antes ya lo hicieron los vikingos tras establecer asentamientos y explorar después aquellas tierras. Uno de ellos, Bjarne Herjulfsson, salió de Islandia al encuentro de su padre, que zarpó en la expedición organizada por Erik el Rojo para colonizar Groenlandia. Tras desorientarse en el mar llegó a una tierra llena de bosques que no coincidía con las descripciones gélidas que se tenían de ella, era América.
Groenlandia, geográficamente pertenece al continente americano y es el país más septentrional del planeta. Su descubridor oficial es Erik el Rojo (lo del sobrenombre parece venir del color de su pelo) que llegó alrededor del año 982, aunque las sagas islandesas sugieren que otros exploradores nórdicos la divisaran antes, como el navegante Gunnbjörn Úlf-Krakuson, nombre que recibe hoy la montaña más alta de Groenlandia. Fue además uno de los partícipes en la colonización de Islandia, aunque parece que aquí los vikingos no fueron los primeros en llegar, sino unos monjes católicos eremitas irlandeses o escoceses en el siglo VIII (esto no está confirmado).
El motivo de su intrépida aventura no fue otra que cumplir el exilio al que fue obligado tras ser acusado de asesinato, tanto él como su padre. Navegó hacia esa desconocida isla llegando a la costa occidental. Durante tres años exploró la costa suroeste comprobando que era habitable, y al finalizar su exilio, regresó a Islandia con la intención de atraer el interés de la población hacia esa nueva tierra, bautizándola con el nombre de Groenlandia («Tierra Verde»), aunque más del 85 % era hielo, no habitable y con poca hierba. Convenció a pocos, solo los pobres y hambrientos de la isla, pero consiguió reunir una expedición de veinticinco barcos que partió en verano del año 985, llegando solo catorce naves a la costa suroccidental, único territorio donde podía cultivarse. Unos se asentaron en el interior de un fiordo al que bautizó con su nombre, Eriksfjord, en Brattahlid, y otros, en una localidad cercana a la actual capital, Nuuk.
Se encontraron restos arqueológicos de casi 500 granjas que bien pudieron acoger entre tres y cinco mil personas dedicadas a la ganadería, aunque con el tiempo vieron que solo las ovejas y las cabras eran capaces de sobrevivir en esas condiciones, produciendo leche, queso, mantequilla y lana. Construyeron sus casas con césped (tepe), piedra o con la madera que encontraban tras ser arrastrada a la costa. Dependían económicamente de Europa y el hierro y la madera la adquirían intercambiándola por pieles de foca, dientes de narval, marfil de morsa y osos polares que cazaban durante el verano en el norte, cerca del Círculo Polar ártico. ¡Incluso se han encontrado objetos nórdicos en yacimientos arqueológicos situados a tan solo 1125 kilómetros del polo Norte!
Según cuenta la historia, Erik el Rojo tuvo cuatro hijos de su primer matrimonio, una hija y tres varones, uno de ellos, Leif Eriksson hacia el año 1000, exploró la actual Terranova y Labrador, puso nombre a los lugares (Helluland, Markland y Vinland) y encontró nativos hostiles que impidieron su colonización.
No se conocen las causas que originaron el abandono de estas colonias y el posterior olvido de los primeros exploradores del continente americano. Como en otras ocasiones cuando esto pasa, se barajan muchas hipótesis, ninguna concluyente: un cambio climático, la sobreexplotación de los escasos recursos con que contaban, la peste negra que bien pudo llegar desde Europa, los conflictos armados con los nativos (dorset y thule)… Existe el mito que dice que balleneros vascos y otros pescaderos del litoral cantábrico llegaron a Norteamérica, concretamente a Terranova, hacia 1375, es decir, mucho antes que Colón, y aunque son pocas las evidencias históricas que lo sustentan existe la certeza de la profunda huella que dejaron en el noroeste de Canadá, especialmente a principios del siglo XVI. ¿Puede que la rivalidad entre vascos y vikingos por la pesca ballenera fuera uno de los motivos? Parece difícil de confirmar aunque es otra de las teorías que se barajan.
Lo cierto es que a mediados del siglo XIV la colonia occidental vikinga quedó despoblada y un siglo después la oriental abandonada. Estos osados exploradores quedaron sumidos en el olvido hasta que la arqueología los reconoció como los primeros colonos europeos de esas tierras.
Un libro:
Saga de los groenlandeses. Saga de Erik el Rojo. Edición de Antón y Pedro Casariego. Siruela, 2010.
Para saber más:
Erik el Rojo y el calentamiento global
Asentamientos vikingos en América
Cómo es vivir en Groenlandia hoy en día
Links imágenes:
Replica a franciscojaviertostado Cancelar la respuesta