Ya sabemos que modas hay muchas y todas pasajeras. Llevar riñoneras, ponerse chapas y pines en las chaquetas, llevar el pelo largo, un determinado estilo musical… lo que hoy parece lo más chic, mañana es lo más retro. En el siglo XIX hubo una moda que causó furor en la sociedad londinense victoriana y que tiene el color verde como protagonista, pero resultó ser peligrosa y mortal.
No todos los colores verdes son iguales dependiendo de su composición. Los hay con cobre, cromo y hasta con arsénico: el Veronese, el de Schweinfurt, el de Verona, el de Paolo Veronese y el verde de Scheele, del que hablaremos, pues este último se obtiene con una mezcla que tiene en su composición el elemento 33 de la tabla periódica, el arsénico.
Un verde mortal
Hasta mediados del siglo XIX los tintes de la ropa eran de origen vegetal o animal en su mayoría, así que los colores vivos y llamativos eran poco utilizados, resultando ser también muy caros. El primer tinte sintético lo inventó en 1775 el químico sueco Carl Wilhelm Scheele cuando creó casualmente el pigmento verde que lleva su nombre, un arseniato de cobre que se obtenía al pasar una disolución caliente de potasa y arsénico blanco a través de una solución de sulfato de cobre. Cinco años después, en Viena, se presentaría una versión mejorada y más resistente, el verde de Schweinfurt, que desde 1814 se fabricaría industrialmente utilizándose para pintar, teñir telas, forros de muebles y para estampar empapelados.
La toxicidad del arsénico es bien conocida y también entonces, lo que no se sabía es que no era necesaria su ingestión para producir toxicidad, y claro, nadie iba a ponerse a chupar el forro de su sofá, ni lamer ninguna pared. En realidad, solo se necesitaba una cosa para que el arsénico del tinte pasara al estado gaseoso produciendo una nube tóxica: la humedad del ambiente.
Si entre alguien causaba furor este color eran las damas de la alta sociedad. Ya fueran vestidas con sus elegantes trajes verdosos o ya fuera tomando el té en lujosos comedores, con esas sillas y mesas tapizadas en verde, nada les hacía sospechar que la muerte les acechaba entre esas cuatro paredes.
La intoxicación aguda -menos frecuente- incluía vómitos, diarrea y dolor abdominal. El hormigueo de las manos y pies anunciaban la muerte. En los casos de exposición prolongada ocasionaba problemas neurológicos, diabetes y enfermedades pulmonares y cardiovasculares, incluso infartos de miocardio.
En Londres se produjeron miles de muertes debidas a este color y la propia reina Victoria de Inglaterra, temerosa de sufrirla, ordenó quitar el papel verde de todos los salones del palacio de Buckingham. En 1880 se restringiría su uso prohibiéndose por su alta toxicidad.
Otra posible e ilustre víctima bien pudo ser Napoleón Bonaparte. Se sabe que los elevados niveles de arsénico encontrados en su cuerpo llevaron a pensar que la causa de su muerte fue el envenenamiento, pero el veneno bien pudo provenir, no de un despiadado enemigo –que los tenía, y muchos-, sino de las paredes forradas con papel pintado de oro y verde de su casa en Santa Elena, donde permaneció exiliado durante más de cinco años.

Otros colores también tóxicos
Podríamos decir que no todos los colores son igual de tóxicos. El que se lleva el “premio” es el verde, sin embargo, hay otros que también lo fueron, como el naranja, que se obtenía del óxido de uranio y se aplicaba en vajillas de cerámica para comer; el rojo oscuro usado al óleo; el amarillo de cromo obtenido del cromato de plomo, utilizado en tintas de imprenta, lacas y pinturas -y si no, que se lo pregunten a Van Gogh- y si hablamos de un color con mucha historia ese es el blanco con carbonato de plomo, utilizado en tiempos de los griegos en el siglo IV a. C. y que durante siglos fue el único color blanco en la pintura al óleo, culpable del saturnismo de muchos pintores, que presentaban cólicos, cefaleas y hasta sordera a consecuencia del plomo.
Para quienes os declaréis amantes del color verde puede que tras leer este post se os quiten las ganas de compraros esa prenda de vestir que tanto os gusta o que dejéis de pintar la habitación de vuestro cuarto de verde, tranquilos, desde finales del siglo XX se prohibió cualquier colorante verde con arsénico. 😉
Para saber más:
Arsénico (OMS)
Links imágenes:
Pinterest; Chris goulet; inmf.org
Información blogs.publico.es
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