El pene de un hombre promedio mide tres veces el tamaño de su dedo pulgar. Esto no lo digo yo, tampoco lo he comprobado (o quizás sí), pero es una curiosidad de tantas otras que podemos encontrar en nuestro cuerpo. Muchas veces hemos oído decir que nuestro cuerpo es una maravillosa e increíble máquina, cierto, no seré yo quien diga lo contrario, más aún, probablemente nos quedemos cortos al pensarlo y aquí os dejo algunas muestras de ello.
La fuerza de nuestros músculos puede llegar a sorprender incluso a uno mismo, y si no, que se lo digan a esa mujer que en el estado de Florida fue capaz de levantar un coche que pesaba una tonelada y media tras ver a su hijo atrapado bajo él. Lo más probable es que el estrés que presentó al ver la escena, provocó una brusca elevación hormonal, entre ellas la adrenalina producida por las glándulas suprarrenales, que le ayudarían a realizar tal proeza.
Uno de los órganos más extraordinarios de nuestro cuerpo es el corazón, del que se suele decir que su tamaño se corresponde con el puño de la persona, y es que el hecho de bombear durante toda una vida más de 2000 millones de veces y que la fuerza que emplea para bombear la sangre a través del sistema circulatorio es aproximadamente la misma que necesitamos para aplastar una pelota de tenis con la mano, nos hace valorar más esa oculta, silenciosa, pero tan vital labor.
¿Sabíais que por la tarde somos un centímetro más pequeños que por la mañana? Pues sí, y se debe al hecho que las almohadillas cartilaginosas de la columna se comprimen a medida que pasa el día. Además, los huesos de los niños crecen más rápido durante la primavera y ni el mejor cemento fabricado con las últimas innovaciones puede mejorar al hueso sano. Esto es algo que se ha comprobado al aplicar a un pedacito de hueso el peso de 9 toneladas, soportándolas sin ningún problema, mientras que cuando hacemos lo mismo con el cemento, este se hace añicos.
Entre hombres y mujeres encontramos algunas diferencias curiosas. Ellas parpadean casi el doble que los hombres y utilizan de promedio unas 30 000 palabras al día, mientras que los hombres «tan solo» 15 000. Además, si contamos el tiempo que perdemos al cerrar los ojos por el pestañeo, suma cinco años de nuestra vida. Si es por mí, me pongo celo en los ojos para nunca más hacerlo.
Y si seguimos hablando de hombres y mujeres, o de mujeres y mujeres, o de hombres y hombres… mientras lees este párrafo 760 personas están teniendo sexo alrededor del mundo, con una duración promedio de 14 minutos en la relación sexual.
¿Quién no ha tenido en alguna ocasión ganas imperiosas de ir a orinar mientras hacía cola en el supermercado, o mientras veía una película en el cine, o incluso de camino a casa después de una agotadora jornada laboral? Un consejo: recordar que para esos inoportunos momentos en los que no encontramos un lavabo cerca, nada mejor para aguantar el pipí que pensar en el sexo y en el coito. Nuestro cerebro es así de simple (o complicado), se focaliza en lo que más le atrae.
Ahora que hablo de cerebros, este pierde cada día unas 100 000 neuronas (unos más que otros, claro) que nunca se recuperarán, por eso es tan importante ejercitarlo de adultos para recuperar esa rapidez mental que teníamos de jóvenes.
Pero aún hay más, mucho más…
Intentar estornudar con los ojos abiertos… ¡Imposible!, por cierto, ese estornudo viaja a una velocidad de 965 km/hora; intentar suicidaros (cuidado, no quiero alentar a nadie con ello) conteniendo el aliento por vosotros mismos… ¡Imposible también! aunque si os tomáis cien tazas de café en cuatro horas, puede que lograrais vuestro macabro objetivo; solo una persona entre 2000 millones vive 116 años o más; los diestros viven en promedio nueve años más que los zurdos; la gente inteligente tiene más zinc y cobre en su cabello; el oído derecho capta mejor los sonidos lejanos y de poco volumen; los vasos sanguíneos del cuerpo miden más del doble de la circunferencia terrestre por el ecuador.
La lengua se compone no de uno, sino de nueve músculos; las huellas dactilares se forman en el sexto mes de gestación y no se modifican durante toda la vida; la piel es el órgano más grande del cuerpo y durante toda la vida se desecha unos 18 kilos de dermis; con el paso del tiempo el número de papilas gustativas de la boca disminuyen hasta quedar solo tres tipos de ellas. Y para los escozores de garganta nada mejor que rascarse el oído. Sí, lo habéis leído bien, los nervios que tienen generan un reflejo que provocará espasmos musculares en la garganta aliviando la picazón.
Después de leer todas estas curiosidades de nuestro cuerpo… ¿quién de vosotros no se mirará el dedo pulgar?
P.D.: Siempre hay excepciones a la norma, tranquilos/as 😉
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