
… un pequeño municipio español situado en la comarca de la Baja Cerdaña llamado Llívia. Rodeada por territorio francés tras el Tratado de los Pirineos (1659), en la actualidad viven censadas 1700 personas. Entre sus casas de piedra hay una con mucha historia, tanta como la que puede acumularse tras más de cinco siglos. Existe documentación fiable de su existencia desde 1594 aunque se sabe que a principios del siglo XV ya había allí un establecimiento.
La familia Esteva ha sido sus propietaria durante siete generaciones, desde el siglo XVII hasta el año 1926, cerrando provisionalmente primero y unos años después de manera definitiva.
Un poco de historia…
El inicio de la medicina y la farmacia ha sido el mismo, siempre unidas de la mano. Tras la caída del Imperio romano, los musulmanes son los únicos que se mantienen abiertos a las teorías científicas de la Antigüedad y del contexto histórico de su tiempo. Mucho se le debe a Avicena quien creó los grabadines, unos códigos que mostraban cómo elaborar las medicinas y muchos consideran que los árabes fueron los creadores de la farmacia como profesión independiente de la medicina, abriendo la primera en Bagdad.
En 1240 se separan de manera oficial en Europa por una Carta Magna firmada por Federico II de Alemania. En ella se indica las normas que los farmacéuticos debían cumplir, regulaban la preparación de los medicamentos y sus precios.
Durante el Renacimiento la figura del suizo Paracelso comienza a cuestionar las intocables teorías de Galeno e implanta la yatroquímica, mediante la cual defiende la química como tratamiento además de la obtenida del reino vegetal. Aparece en 1498 el Recetario Florentino, primera farmacopea y, tras el descubrimiento del continente americano por los europeos, se exportan nuevas materias primas para la fabricación de remedios. Debo nombrar como eminentes boticarios de la época a los alemanes Besler.
Durante el siglo XVII aparecen las academias y asociaciones científicas, creándose los puestos de Boticario Mayor del Rey o el del Boticario Mayor del Ejército. Se introduce la quina, la ipecacuana, el bálsalmo del Perú… aunque se mantenían los remedios de siempre como la triaca y la carne de momia. Como novedad aparecen los enemas, tan apreciados sobre todo entre la clase alta de la sociedad. Serán los boticarios de Francia y Alemania los que destaquen del resto: Beguin descubre la acetona, Seignette el tartrato sódico potásico, Glaser el nitrato y el sulfato potásico, Le Fevre el acetato mercúrico y el español Juan Salvador y Bosca crea el primer herbario de la flora del país. Con la Ilustración la yatroquímica seguirá ganando terreno hasta nuestros días.
La farmacia de Llívia por dentro
En su interior encontramos tres estancias: la tienda, la rebotica y el operatorio, donde podemos encontrar numerosos elementos de épocas diferentes como el mostrador, recetarios, destiladores, morteros… dispuestos como se colocaban en aquellos tiempos.
En España la farmacia más antigua en activo está en Peñaranda de Duero fundada por Lucas Ximeno en el siglo XVIII
Existen otras dos boticas antiguas en Europa, una se encuentra en Dubrovnik (Croacia) y la otra en Tallin (Estonia), de 1391 y 1422 respectivamente, aunque no se dispone de un archivo fiable de sus orígenes a diferencia de la de Llívia. Esta última se ha reconvertido en el Museo de la Farmacia y es uno de los mayores reclamos turísticos de la población de la comarca.
Link información Museo de Llívia Ayuntamiento de Llívia Farmacia más antigua en activo de España farmaciamarcos.es engenerico.com
Imágenes del interior de la farmacia de Llívia cedidas por Juan Villena y propias.
Fascinante artículo. He disfrutado mucho leyendo este texto que, además, debo destacar que está muy detallado y que ofrece mucha documentación. Las fotografías también son dignas de observar y me encantaría visitar esa farmacia de Llívia, sin duda una botica con mucha historia.
Un saludo,
Héctor Castro
Hola Héctor,
en cualquier pueblecito, por pequeño que sea, podemos encontrar pedacitos de nuestra historia sorprendentes. Este es un ejemplo más de que en ocasiones no hay que buscar a en las grandes ciudades ni en los grandes museos.
Un saludo,
Fco. Javier Tostado
La verdad es que vale la pena perder un día y visitar este enclave español en territorio francés. El museo de la farmacia se acompaña con unas audiovisuales muy ilustrativas tanto del pueblo como de la farmacia y tu articulo, nuevamente muy completo e interesante.
Hola Juan,
ante todo darte las gracias por tu aportación a este post al permitir incorporar tus fotos del interior de la farmacia. Creo que el Ayuntamiento de Llívia hace una magnífica labor recuperando y promocionando el museo para que todos podamos disfrutarlo.
Un saludo,
Fco. Javier Tostado
Estoy encantado de haber aportado algo a tu articulo, el que te da las gracias soy yo
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No se sabe de cierto, pero se supone que el hombre y la mujer algún día se quieren. Después, corriendo el tiempo, juntos y, con las enfermedades, se van quedando solos, poco a poco. Para lograr sobrevivir, tratan de penetrarse, a veces lo logran pero, es la forma de matarse el uno al otro. Al inicio, la «yatroquímica» funciona, por su cualidad vegetal; Pero el uso excesivo de la «triaca» y la «carne de momia», que eterniza las cosas, los diseca. Todo esto se hace en silencio y, sale a la luz cuando el ojo se ilumina al abrir esas tumbas ancestrales. Gracias, FJ, por recordar estas pasmosas maneras de curar de siempre. Abrazos, tremendos.
Hola marimbeta,
esperemos que el futuro no sea tan apocalíptico, porque si no… Bueno, no creo que tampoco estemos para verlo y contarlo.
Abrazos (terroríficos)