En medicina hay errores que si no se detectan pueden permanecer durante mucho tiempo, incluso siglos. Hoy hablaré de uno de estos desaciertos cuya utilidad era nula y que a lo más que podía servir era como simple placebo. Me refiero al uso de las momias con fines curativos.
El escritor romano Plinio el Viejo escribió las bondades de su uso:
Corta hemorragias, cicatriza heridas, trata cataratas, sirve como linimento para la gota, cura el dolor de muelas y el catarro crónico, alivia la fatiga al respirar, corta la diarrea, corrige los desgarros musculares (…) endereza las pestañas que molestan al meterse dentro de los ojos.
A partir del siglo XII los viajeros que visitaban Persia contaban que la mummia tenía propiedades milagrosas. Cuando visitaban Egipto y veían los cuerpos embalsamados de las momias egipcias cubiertos por una sustancia negra similar a la mummia, la confundieron con el valioso producto persa. Además, se asignó a dicha palabra no solo al revestimiento del cadáver, sino al propio cuerpo. Así, el polvo de mummia se convirtió en el polvo de momia, cuando en realidad esta palabra persa significaba «betún», un producto mineral derivado del alquitrán.
Los cuerpos momificados se molían para obtener el polvo y se distribuían a los boticarios de toda Europa, quienes los diluían en vino y miel o en agua.
Según palabras de Paracelso:
No hay mejor remedio para el cuerpo humano que el propio cuerpo humano reducido a medicamento
Se asistió a una verdadera caza de momias egipcias, sobre todo a partir del siglo XIV. En Europa su uso estaba tan extendido que incluso el rey Francisco I de Francia viajaba siempre con una provisión de momia por si la necesitaba.
Pocos negaban su eficacia pero el cirujano Ambroise Paré (1517-1590) fue uno de los primeros en criticarlo. Se basaba en lo que le había contado un amigo suyo, Gui de la Fontaine, médico del rey de Navarra, que en 1564 viajó a Alejandría donde conoció un judío que traficaba con momias. Éste le confesó un día que los cuerpos no tenían más que cuatro años. ¡Había sido tan alta la demanda de momias en Europa que se hacían pasar por tales cadáveres recientes!
Otro crítico fue el monje benedictino español, Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764), que reconoce el error de significado que se dio a la palabra mummia. Su obra científica –a pesar de los detractores- influyó notablemente, haciendo decaer el uso del polvo de momia.
Para saber más:
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Uff! me sorprende que la humanidad haya llegado hasta aquí con tantos «remedios». Como decías Francisco, la única solución para nuestros antepasados era no enfermar. Ahora bien, se me ocurre al leer la cita de «No hay mejor remedio para el cuerpo humano que el propio cuerpo humano reducido a medicamento», que en realidad toda la materia está hecha de átomos, incluido el cuerpo humano, por lo que la idea no está tan alejada de la realidad.
Muy interesante. Gracias por abrirnos los ojos una vez más…
Un saludo.
Hola Jesús,
…el ser humano es resistente a pesar de las cosas que hacemos para provocar nuestra propia extinción como especie. Esperemos que nuestros «átomos» sigan siéndolo durante mucho tiempo más.
Un saludo «atómico». 😉
Fantástica entrada!!!! No tenía ni idea… cuando estuve en Egipto me explicaron muchas cosas y ví momias en el Museo, incluso en los pueblos pequeños donde intentan venderte de todo…. nada de eso. Otra cosas para añadir a la lista de excentricidades, obsesiones… o supersticiones.
Sigue escribiendo todas estas cosas interesantes, un gran saludo…..
P.D. Mi Nick-name podría casi decirse que es para mi algo parecido, aunque nada que ver con los tres adjeitivos que he puesto.
Hola Rosa,
pues has tenido suerte de que no te vendieran ninguna momia… Debe ser que no tenían en existencia en ese momento.¡Ja, ja, ja! Me imagino que en aquellos tiempos comprar una debía ser algo así como ir a comprarse un coche.
Un saludo.
Muuuuuuuuuuuuuuuuu simpático! …. no me refería a una entera, sino algo de polvo.. algo así como si fuese cocaína o cualquier porquería de esas….
Brillante post! Felicitaciones!
Hola Mario,
gracias por pasarte por este blog. Espero poder seguir contando con tu presencia en él. Siempre es de agradecer que te reconozcan y saber que ha gustado.
Un saludo
Es otra de las muchas creencias, mitos, que hacen mucho mal en este mundo, el cuerno de rinoceronte afrodisiaco, casi los extinguimos, me muerdo la lengua porque me viene a la cabeza la homeopatía y me hierve la sangre 🙂
En fin, que ciencia es ciencia, mitos son mitos y tu entrada como siempre interesante y entretenida.
Hola Dess,
estoy preparando un post (que colgaré más adelante) sobre el embalsamiento de los gatos en el Antiguo Egipto. Que me conste a ellos no se los «comían» pues eran considerados sagrados pero…
Un saludo
Muy buena la referencia a Paracelso. Desconocía el uso del polvo de momia en la antigüedad por completo!
Hola 1vin,
…y además influyente. Paracelso, aunque considerado como un médico moderno para sus tiempos, también tuvo alguna «perlita como esta». Por cierto, su nombre significa «igual o mejor que Celso», un médico romano del siglo I. Creo que su figura puede ser interesante para tratarla más adelante en un post. Me lo apunto y gracias por la idea. 😉
Un saludo
¿Tenés la referencia de la cita de Paracelso? Me llama la atención y quisiera indagar un poco más porque no me suena muy compatible con su idea de la medicina… Muy interesante la publicación. Gracias
Hola Leandro,
veo que la cita de Paracelso ha llamado la atención a más de uno. Aunque no puedo contestarte (dejo la pregunta abierta por si alguien lo puede hacer), me atrevería a decir que podría haberla escrito en su «once tratados sobre el origen, las causas, los síntomas y la curación de las distintas enfermedades» (1520), pero insisto, desconozco la referencia exacta.
Paracelso estaba en contra de Galeno, Avicena y también disconforme con Hipócrates, es decir, en contra de todo lo que se aceptó durante siglos en lo que a medicina se refiere. No reconocía ninguna otra autoridad médica por encima de él que no fuera la naturaleza y estaba convencido de que el arte de curar había que buscarlo en ella y no en los libros (quizás la frase del post podría tener cierta relación con ello). Daba clases basándose en su propia experiencia y junto a la cama de los enfermos (en esto último no se diferenciaba mucho de Hipócrates). Muchos le consideran como un filósofo alquimista y creía firmemente en la influencia de las estrellas.
Como cosa curiosa decir que investigó en la manera de prolongar la vida y mantener la salud. Proponía practicar una vida saludable, el uso de plantas medicinales para curar e incluso elaboró un «elixir de vida» (tintura de longue vita) para «reforzar la luz interna», algo así como la fórmula secreta de la «eterna juventud». Esta constaba de esencias de oro, perla, azafrán, Rosa de Navidad, celidonia, bálsamo y flores de heno que se mezclaban con los humores de la vida, unión que contenía el espíritu de la vida y que no podía ser separada.
Siento que después de este largo comentario sigas con la duda que me planteabas pero la cita de Paracelso ha sido algo que puede haber interesado a más de uno. Dejo estas líneas a modo de introducción para hacer un post sobre su figura… más adelante.
Un saludo
Sí, se lo merece. Especialmente por su trabajo con los mineros y el tratamiento de sus enfermedades, que fue muy humanitario y adelantado a la época. Gracias por tu respuesta, y espero esa publicación.
Un abrazo
Wow que interesante..
Hola Leyla,
gracias, de veras.
Un saludo
Sabía de la práctica pero no sabía del origen por la confusión del vocablo. Buena entrada
Hola Salvela,
a mí me ocurrió igual. Este es uno de los motivos de preparar los artículos y compartirlos con todos vosotros. 😉
Un saludo
La mente humana se lo cree todo y todo sirve para curar, la gente tambien se inventa negocios como lo de las momias de 4 años, gente picara hasta en esos siglos,
Post genial
Saludos
Hola Esther,
debía ser como «dar gato por liebre». No dudes que gente «pícara» siempre ha existido y seguirá existiendo. ;-(
Un saludo
Muy interesante. Me surge una reflexión… esto es una forma de canibalismo, ¿no?
Hola Maria José,
pues en cierto modo creo que sí, depende como se mire. Por cierto, felicidades por tu blog «neuronas en crecimiento», encuentro que haces una gran labor divulgativa.
Un saludo
Muchas gracias Francisco, a mí me encanta tu blog. Con los temas que tratas, interesantes y curiosos, invitas a la reflexión, no dejan indiferente.
¡No me lo pierdo!
Hola Francisco Javier,
El polvo de mummia o betún turco, llamado «la aspirina de la edad media». Hay una obra muy interesante «Pueblo de Dios» de Fray Juan Peñalver del año 1793, que ya menciona el tráfico de «momias».
Buen post.
Un saludo
Antonio
Hola Antonio,
gracias por la aportación de tu dato. Muy descriptivo lo de la «aspirina» pues también sirve para casi todo 😉
Un saludo
Gracias Francisco por tu entrada; extraordinaria como siempre.
Quisiera darte alguna «idea», para animarte a hacer un post en el futuro si te apetece, sobre «recetas» tan curiosas como la del polvo de momia, que describes.
Ahí van unas cuantas:
«Descargas eléctricas»: En la Edad Media, se utilizaban corrientes eléctricas para curar distintas condiciones y dolores. Desde una jaqueca común y corriente, dolores abdominales, síndromes menstruales hasta casos más complejos problemas de índole mental fueron tratados con electricidad. Para ello, era esencial conseguir anguilas eléctricas u otros peces capaces de descargar electricidad sobre el paciente.
«Hombre de miel»: que en teoría podía tratar extremidades heridas y fracturadas, aparece por primera vez en el compendio del naturalista chino Li Shizhen , llamado Materia Médica China y publicado en 1597.
«Las gotas del Rey»: hecha con esencia de cráneos humanos pulverizados, fue popularizada gracias al patrocinio real por Carlos II de Inglaterra.
«Sangre e hígado de gladiador»: En la Roma antigua, tanto la sangre como el hígado de los gladiadores eran considerados como poderosos tratamientos contra la epilepsia, sobre todo si era un hígado y/o sangre fresca de alguien saludable, fuerte y valeroso.
«Destilados de cerebro humano».En el siglo XVII ya no se prescribían hígados de gladiadores, por ser un medicamento antiguo. La moda, era prescribir destilados alcohólicos de cerebro humano como cura para la epilepsia.
«Sudor de un hombre moribundo»: Del siglo XVII, George Thomson, creía que ninguna parte del ser humano debiera ser desperdiciado luego de muerto, incluyendo las deposiciones. Según Thomson, el sudor de un hombre moribundo era el tratamiento ideal para las hemorroides.
Menos mal que, al parecer la medicina, ha avanzado bastante durante estos años, ¿o no?, no se que decirte…..jjjj.
Un abrazo. Suso.
Hola Suso,
antes de nada agradecerte este sorprendente pero elaborado comentario que bien merecería ser un post en sí mismo. Puedo garantizarte que desconocía muchos de los «tratamientos» que nos documentas y ten por seguro que me apunto tu sugerencia para un futuro post. Si lo de la sangre y el hígado de gladiador contra la epilepsia me ha impresionado, no sé que decirte de los destilados de cerebro humano y el sudor del hombre moribundo, ¡espectaculares!.
Sí, la medicina ha avanzado. Al menos no hemos de buscar a ningún moribundo sudoroso y que no le importe darnos su resudor para poder aliviar nuestras hemorroides. Con el frío local o con la pomadita de cortisona resolvemos (al menos provisionalmente) su incómodo efecto.
Un fuerte abrazo amigo.
Maquinando maquinando la mente da para mucho, y mentes ilustres la han utilizado y utilizan para lucro personal ahora y siempre, no hace mucho que se retiró del mercado las cremas de belleza hechas de extractos de placentas, carísimas por cierto y que los laboratorios que la fabricaban sabrán los beneficios.
Saludos y felicidades por el post.
Saludos.
Hola Maribel,
siempre han habido y seguirán existiendo gente que se quiera aprovechar de ello. Lo extraordinario del «polvo de las momias» es el hecho de que permaneció la creencia de su efecto terapéutico durante siglos.
Un saludo también para ti.
Tu blog debería llamarse ¿Lo sabía usted? Jeje; bueno, la credulidad y el aprovechamiento de ésta por parte de los depredadores mercantilistas, ha existido desde que el hombre empezó a dominar a sus congéneres, abrazos, me encantó tu post.
Hola Alejandra,
sí, ¡ja, ja, ja! En el blog tengo la sección de ¡qué me dices! y ¿sabías qué…? para estos temas tan curiosos (pero con su historia) aunque en ocasiones hay artículos que me es difícil catalogarlos en una u otra sección.
Un abrazo
Interesasntísimo post, como siempre. En todos ellos aprendo alguna cosa o detalle. Muchas gracias como siempre.
Como curiosidad, señalar que parece ser que por la confusión con el producto persa, nació el nombre de MOMIA, teóricamente «cuerpo conservado en betún», intentando armonizar la confusión con la realidad.
Incluso en esto se equivocaban los antiguos, pues en los papiros en los que se describe el proceso de momificación, en ningún caso se empleaba para nada el betún.
Hola Luis,
sí, tienes razón. Por lo que puedo comprobar hoy, entre momias y Red Bulls, no sé si podrás conciliar el sueño. ¡Ja, ja, ja! Te prometo que los próximos posts de la semana serán mucho menos energizantes aunque no por eso menos interesantes. 😉
Un saludo
Estimadisimo Paco : si en neustra épcoa llena de»avances «cientificos se vuelve a estudiar y usar remedios antiguos ,que se han validado y decantado por milenios a traves de ensayo y error ,¿porque nadie se atrreve a investigar por que este «mito» terapeutico (el del polvo de momias) permanecio vigente tanto tiempo junto con otros que al caer en manos de charlatanes ( y nosotros los médicos no dejamos de ser unos charlatanes mas o menos ilustrados). cayo en descrédito a pesar de que sigue usandose por millones como parte de una medicina tradicional Y los academicos m esperamos que la «evidencia » de la bondad de una terapia venga aureolada por la bendicion del imperio norteamericano.
Hola contralainterpretación,
las conductas extremas y radicales nunca son buenas, en medicina también deberíamos aplicar esta máxima. Son muchas las ocasiones en que comprobamos como una nueva terapéutica genera expectativas que después, con el tiempo, la pone en su verdadero lugar. Incluso, otras veces, un mismo tratamiento genera expectativas claramente distintas con los años. Las llamadas medicinas alternativas tampoco deberían abandonarse completamente, aunque en mi opinión, sin dejar nunca de lado la evidencia científica.
Un abrazo