El Cantar de Roldán (La Chanson de Roland) es un poema escrito a finales del siglo XI en francés antiguo, atribuido al monje normando, Turoido. Tiene el honor de ser uno de los cantares de gesta más antiguos escritos en lengua romance y también es el responsable de que durante toda la Edad Media se recordara uno de los episodios “menos brillantes” del reinado de Carlomagno. Escrito tres siglos después de los hechos que explica, narra deformando legendariamente la batalla de Roncesvalles, en los que los sucesos se adornan y dotan de una dimensión épica y heroica cuando en realidad no fue más que una simple escaramuza.
Según el historiador musulmán Ibn al-Athir, todo comenzó cuando en el año 777 unos embajadores musulmanes, representantes de los gobernadores de las ciudades de Barcelona, Zaragoza, Gerona y Huesca se presentaron delante del rey Carlomagno para establecer una alianza militar frente al emir de Córdoba, Abderramán I, contra el que se habían rebelado en los años anteriores.
Carlomagno (742?-814) rey de los francos, lombardos y emperador de Occidente, tras reforzar las amistosas relaciones con el papado iniciadas por su padre, el rey Pipino, no dejó pasar la oportunidad de extender su dominio sobre el antiguo reino visigodo hispánico y liberar a los cristianos que vivían en tierras del Islam.
El avance de las tropas
Envió a sus tropas -procedentes de Borgoña, Austrasia, Baviera, Provenza y la Septimania, además de los lombardos- dividiéndolos en dos: una parte, cruzaría los Pirineos por el este, mientras él lo haría por el oeste, confluyendo ambos en Pamplona. Carlomagno, junto con las fuerzas del valí de Barcelona, avanzó hacia Zaragoza pero, en contra de lo que esperaba, el gobernador de dicha ciudad cambió de opinión y decidió resistir en el interior de sus murallas.
La retirada
Carlomagno asedió la ciudad hasta que un día recibió la noticia del ataque de los sajones en el norte de la frontera de su reino. Decidió ir en su ayuda retirándose de hispania tomando la ruta de Pamplona. Los pamploneses le cerraron la entrada y, preso de rabia, la asaltó y destruyó.
Las tropas francas llevaban un cuantioso botín con sedas, piedras preciosas, esculturas, plata…todo cargado en carros de equipaje en la retaguardia, al mando de un caballero bretón, Hruodland (Roldán). A ocho kilómetros de la frontera, cerca del río Urrobi, en un pueblecito llamado Roncesvalles, Roldán encontró la muerte tras sufrir una emboscada.
Su significado
No se sabe con certeza si sucedió concretamente en ese pueblo o en otro lugar de la zona, pues en ninguna de las crónicas, ni en otras de los siglos X y XI se menciona Roncesvalles. Tampoco se conoce la identidad de quienes les atacaron. En el Cantar se supone que fueron los musulmanes, en cambio, las crónicas más antiguas atribuyen la emboscada a los vascones, tal vez como venganza por la destrucción de Pamplona. Otros la atribuyen a los gascones, pobladores de la región de Gascuña, sometida por los francos unos años antes.
De lo que no hay tanta duda es que no hubo nada épico en la batalla. De hecho fue una refriega con piedras y saetas para abatir a los rezagados francos. El Cantar de Roldán tuvo una clara intención de propaganda para incentivar la presencia de los franceses en la Reconquista. Roldán debía ser vengado, y Zaragoza, debía tomarse para cumplir con el deseo de Carlomagno.
Aunque la lucha contra los musulmanes continuó en Hispania, sería el hijo de Carlomagno, Luis I el Piadoso, el que conquistaría Gerona de forma permanente extendiendo el control franco al litoral catalán. Los líderes musulmanes del noreste de la España islámica se sublevaban continuamente contra las autoridades cordobesas solicitando continuamente el apoyo de los francos, cayendo Barcelona en el año 797. Fueron agrupándose formando la Marca Hispánica.
Esta pequeña ”mancha” en el brillante reinado de Carlomagno no puede empequeñecer el hecho de que su reinado sentará las bases de la futura Europa Occidental de la Edad Media. Estableció el Sacro Imperio Romano Germánico bajo la dinastía sajona, fundando las monarquías francesas y alemana. Podría considerársele como el padre de Europa.
Fuera Roncesvalles o no el lugar exacto del Cantar de Roldán, pasaría a la leyenda y se convirtiría en el primer lugar de descanso tras cruzar los Pirineos franceses, donde los peregrinos comienzan su camino hacia Santiago de Compostela.
Una novela:
Carlomagno, de Harold Lamb. Edhasa, 2002.
El Cantar de Roldán. Versión de Benjamín Jarnes. Alianza Editorial, 1979.
Para saber más:
Un ensayo:
Europa. Las claves de su historia. J.E. Ruiz-Domènec. RBA, Barcelona, 2009.
Información basada en el artículo La Batalla de Roncesvalles, del Prof. José Luis Corral. Historia Medieval de la universidad de Zaragoza. N.G. Historia.
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